26- Aprovechandome.

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Sonríe y hace que me derrita por dentro. Como causa eso en mi?
No sé que contestarle y opto por decir lo primero que se me viene a la mente.

Sofía: Esta bien, tengo demasiada hambre. -Sonrío como puedo y me siento en la silla.
Él se queda parado y en la misma dirección en la que nos veíamos fijamente. Creo que mi actitud lo dejo confundido.

Abraham: Correcto. -Dice volteando conmigo mientras sonríe. Jala la silla hacia él y se sienta.
Comienza a servir el desayuno a cada plato. Mientras comemos ninguno dice absolutamente nada, me esta asustando.
Terminamos de desayunar y se acerca una señora vestida con un uniforme azul marino con blanco y botones dorados.

Señora: Se les ofrece algo mas?

Abraham: No Marrie, muchas gracias, puedes retirarte.

Marrie: Compermiso. -Me ofrece una sonrisa cálida y yo se la devuelvo.

Sofía: Quien es?

Abraham: Es Marrie, ama de llaves y como mi segunda madre.
Me quedo expectante a escuchar mas.

Abraham: Desde pequeño me cuida cuando mis padres no están.

Sofía: Entiendo, es bueno que tengas a alguien.

Abraham: Como es tu mama?

Sofía: A veces es un poco loca y en la mayoría de los casos es muy reservada. No la veo mucho, trabaja de lunes a domingo, sale temprano de casa y vuelve hasta tarde.

Abraham: Y tu padre?

Sofía: Cuando estaba pequeña ellos se divorciaron y él se fue a México. Algunas vacaciones lo veía pero ya no más.

Abraham: Por que?

Sofía: No lo se, no me busca y creo que si él no lo hace yo tampoco tendría por qué hacerlo.

Abraham: Deberías de llamarlo algún día.

Sofía: Tal vez lo haga -Le sonrío.
Me devuelve la sonrisa.

Abraham: Tienes algo que hacer hoy?

Abro los ojos como platos recordando que tengo que llegar a mi casa.

Sofía: Por ahora, reportarme con mi madre.

Abraham: Y mas tarde?

Sofía: No lo se, por?

Abraham: Me gustaría que me acompañaras a pasear en yate.

No. Te. Creo.

Sofía: Abraham, de verdad siento que me aprovecho de ti.
Él ríe.

Abraham: Pero yo te estoy invitando -Dice sonriendo.

Me quedo pensativa por un momento.

Sofía: A que hora? -Digo levantando una ceja.

Abraham: Paso por ti a las 2 p.m. -Dice levantando una ceja también.

Reímos los dos.

Sofía: Bien, espero me dejen. Ahora tengo que irme a casa, me prestas para llamar a un taxi?

Abraham: Para nada, yo te llevo.

Sofía: No no, te lo agradezco pero no.

Abraham: El carro espera.

Paraíso o realidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora