Capítulo 7

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Estuve la mayor parte del día viendo atentamente cómo los minutos pasaban y se convertían en horas. Un proceso muy lento cuando le prestas la atención suficiente mientras que piensas.

Repasaba en mi mente lo que haría al llegar a casa de Harry, porque hoy era su cumpleaños, pero no iba a ser una celebración como las anteriores, sino que Ginny procuró organizarle algo más grande.

La intención no era mala, solamente que Harry no es alguien al que le gusten los grandes eventos. Él siempre ha preferido lo familiar, pequeño, hacer celebraciones donde nadie se perdiera de nada.

Sería complicado que eso ocurriera cuando más de treinta personas estarían ahí dando vueltas. Ella me invitó, por lo que acepté. Harry también me había invitado, aunque con la diferencia de que en su mente iba a ser privado.

Quizás solamente vaya a desearle feliz cumpleaños, darle su regalo e irme. No tenía mucho que estar haciendo ahí, puesto que hace una semana que no hemos hablado tanto como era de costumbre.

Me apena, la verdad, es triste darme cuenta cómo nuestra amistad se ha deteriorado sin parar durante el último tiempo. ¿Será mi culpa? Pienso que sí, que estos ratos desagradables están ocurriendo por mi capricho de corazón destruido.

Me gustaría hablar con él y pedirle perdón, reconocer lo infantil que me he comportado.

Todo ese monólogo arrepentido suena muy distinto a mi yo de hace una semana atrás, pero no puedo evitar reflexionar cuando Harry ha estado distante. Claro, yo pude ser una basura con él y no tomarle importancia, pero cuando él actúa de esa manera se vuelve serio.

Tengo su regalo entre mis manos, envolviéndolo yo mismo, porque creo que eso le dará un mejor acabado. A Harry le gusta mucho la música, demasiado, así que decidí comprarle un disco de vinilo.

Tiene una de esas máquinas para tocarlos, no sé cuál será su nombre, pero sé que sirven para eso. Es un buen obsequio, porque lo conozco, sé lo que le gusta y lo que no.

Pasé horas pensando en qué ponerme, cómo lucir, tanto así que incluso pinté mi cabello. Ya no es tan rubio, sino que su tono es algo así como gris, platinado, no lo sé. Me gusta cómo se ve, me pregunto si a él va a gustarle.

Me dediqué a escoger minuciosamente lo que me pondría, porque quería llamar su atención. Ya suena estúpido.

Me abstengo de pensar que ya pasé la parte de aceptación, sino que es algo más asemejado a la resignación. No es tan indiferente, todavía tomo en cuenta en cómo podría revivir las ilusiones.

La última vez que vi a Harry fue después de que salí de la casa de Blaise. La expresión en su rostro sigue plasmada en mis recuerdos. ¿Por qué me habrá visto así cuando le dije que estuve con Blaise? Parecía decepcionado.

Se me pasó por la cabeza la idea de que le molestara que estuviera con él, con alguien más, probablemente eran celos. Puedo estar exagerando, como también podría ser una teoría comprobable.

Insisto que no lo sé.

Me gustaría saber si te importó que pasara la tarde con otro.

Lloré demasiado esa misma tarde, no podía parar de sollozar. Retomaré las palabras que me dije a mí mismo, diciéndome en repetidas ocasiones que era patético. Sigo siéndolo.

El reloj marcó las ocho, era la señal para tomar lo que necesitaba y salir de casa. Dije que no me esperaran despiertos, realmente no tengo idea de qué haré.

Estoy perdido, sin brújula para guiarme. Ya no pienso tanto, estoy aburrido de tener que pensar en él con cada cosa insignificante que me pasa. El amor es extraño, cuando no es correspondido, es raro.

HeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora