30 (final)

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Habían pasado unas semanas desde que fueron a visitar a la madre de Jisung.

Ahora ambos estaban más tranquilos, más felices y llenos de amor. Incluso ahora iban los dos a las visitas.
A veces le llevaban cosas para comer y así se quedaban hablando durante unas tres horas.

Minho de a poco se iba acercando su madre, y la verdad le estaba haciendo muy bien.

Jisung de a poco le estaba agarrando confianza a su madre, nuevamente.

Todo estaba muy bien.

Pero justo ahora, Minho estaba complicado.

—Chris, vamos, necesito de tu ayuda; no entiendo el por qué viniste si no aportas en nada. —dijo el pelinegro algo molesto y estresado.

—¿cómo quieres que te ayude? Tú eres el que mejor conoce a Jisung, yo solo puedo darte ideas. —dijo el pelirubio acostándose en la cama del contrario.

—Pero todas tus ideas son malas, están peores que las que busqué en google. —reclamó el pelinegro.

—A ver tonto, no es mi culpa que no le hayas pedido otra oportunidad desde un principio, ahora no estarías así; o sea, hasta yo le pedí primero a Felix. —dijo incrédulo el pelirubio.

—Necesitaba tiempo, ¿si? Mejor sigue dándome ideas. —se quejó Minho.

El pelirubio se quedó en silencio unos minutos, pensando en que idea darle a su mejor amigo, hasta que se le vino una a la mente.

—Compra anillos de pareja, ya después buscas unos más bonitos y caros para pedirle matrimonio. —Soltó el pelirubio mirando el techo.

—Dios, Chris, eres un genio! Muchas gracias; no eres un idiota después de todo, aunque tu cara dice lo contrario. —dijo bromeando el pelinegro.

—Jódete Minho.

—En fin, ¿me acompañas a comprar los anillos? No quiero ir solo, a parte necesito ayuda y eres mi único amigo. —dijo Minho, con tono de tristeza.

—Claro que te voy a acompañar, idiota. —dijo el pelirubio levantándose de la cama.

Los chicos salieron del departamento del pelinegro y se fueron al centro comercial más cercano.

...

—Estoy aburrido. —dijo el peliazul, tirándose boca abajo en la cama de su amigo.

—¿qué quieres hacer? Podemos hacer brownies! —dijo emocionado el pelirubio.

—¿brownies? Nunca he hecho, y sinceramente prefiero que hagamos otra cosa a que te quedes sin cocina. —dijo el más bajo, mientras se daba vuelta en la cama para quedar boca arriba.

—Yo te voy a ayudar, idiota, ¿crees que te dejaría hacer algo solo? Jaja, no gracias, yo también quiero mantenerme con cocina. —dijo sarcásticamente el contrario.

—¿Y si mejor hacemos galletas? Soy mejor en eso. —dijo el peliazul, que -ahora- estaba tirado en el piso por el aburrimiento.

—Es una buena idea; vamos a hacer galletas! —dijo el pecoso, levantándose rapidamente para ir hacia la cocina.

El peliazul rió y se levantó para seguir al más alto.

Llegaron a la cocina y el pelirubio sacó un montón de cosas para comenzar a preparar la mezcla de las galletas.

También sacó un montón de moldes y cortadores con distintos diseños.

—Wow, si que te gusta hacer estas cosas. —dijo el más bajo, tomando algunos cortadores. — ¿de dónde sacaste tantos de estos? Tienes muchos.

I Never Forgot You - MinsungWhere stories live. Discover now