XV: Arrepentimiento

636 76 9
                                    


Tonta, tonta, ilusa, sin conciencia, sin inocencia.

Bueno, eso último hace tiempo que quedaba poco en mí persona.

Pero sí, soy una tonta, me estoy detestando y lamentando cada segundo por todo lo que acaba de suceder en mi corta vida, por mí propia existencia y porque... ¡Ahg! De solo recordarlo me genera pena y enojo, esa no era yo, y claramente no me encontraba en mis cabales.

Haber realizado aquel acto con mí vecino en el baño de mujeres y de su instituto, no era para nada lindo rememorar, no era lo mejor para mí. Ni siquiera fui capaz de poner resistencia y aún así no podía andar negando que con solo sentir sus encantadores labios sobre los míos ya me ponía como boba, y podría jurar que ya con eso él podía tomar y hacer de mí lo que quisiera.

Y mierda, ya andaba confundiendo mis pensamientos con respecto a lo sucedido. Porque en el fondo, dentro mío quiero y deseo tenerlo cerca, disfrutar con él, sin embargo, si asimilamos la dura realidad y acabase aceptando tener estos encuentros es más qué obvio que quien sale favorecido en todo esto es mí vecino, me tendría como una más en su lista de conquistas, una más con quién entretenerse por un tiempo, una más con quién jugar y una más para tener como títere a sus pies. Porque sí, quién quiera resistirse a Jeon JungKook deberá saber, desde un principio, que es una tarea imposible y dificultosa de llevar a cabo.

Se necesita mucha precaución en el asunto, debería de haberlo ignorado desde el primer momento en que me dirigió una palabra.

Una simple mirada suya o un encantador gesto de su cautivador rostro solo provoca que quieras estar debajo suyo y en su cama o donde sea, pero con él.

Okey.

Okey.

Ya estaba subiendo de tono y desviándome del camino. ¿Lo ven? mí vecino si logra ponerme loca y solo con pensarlo.

Y volviendo al tema, ¿Con qué cara voy a verlo? El tiene todas a su favor para chantajearme y burlarse de mí, luego de haberle hecho aquel juego de manos a su "amigo".

¡Ay, mí Jesús! ¿Que te costó haberme hecho una joven recatada?

No le estaría dando vueltas a todo este asunto de no ser por qué es mí vecino de quién me refiero, ese que vive al lado de mí casa, ese al que debo ver todas las mañanas y cada que deba salir de casa y por cosa del destino nos topamos, ese que desde un principio viene queriendo hacerme "suya" y vaya que por poco lo estaba consiguiendo.

No tenía escapatoria, o por el momento mí retrasado cerebro no procesaba propuestas para conseguir salvarme de las que se me venían.

Quedarme encerrada de por vida no estaba como posibilidad, papá me sacarían a patadas.

Bloquearlo en redes y cualquier cosa que permitiera la comunicación entre nosotros tampoco era una opción, pues aquel pelinegro sí sabía cómo ingeniárselas para saber algo de mí y hasta el día de hoy no sé como lo lograba.

Una tonta sin escapatoria, es así como me siento en estos momentos.

Bufo y doy vueltas en mí cama. Ya ni dormir podía uno por andar pensando.

—Lis arriba.

La voz de Iseul llega a mis oídos y girando mí cuerpo la observo con una sonrisa.

—Hola, ya estaba despierta.

La saludo y está me da una mirada de intriga.

—¿Te duele algo por la pelea de ayer? O ¿No haz podido dormir bien?

—La segunda, solo se me fue el sueño.

Miento, que sueño ni sueño, mí vecino era el culpable de mí desvelo y mal dormir.

Mɩ Vᥱᥴɩᥒo ❇ Lɪsᴋᴏᴏᴋ.Where stories live. Discover now