Una historia de cómo un soldado inglés se enamoró de un omega francés. A ellos no les importa la religión ni la pobreza, ni que el padre de Louis no acepte su relación.
n/a: añadiré la traducción de algunas frases en los comentarios para quien no entienda
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Alex conoce a Louis en una cafetería. Él acaba de terminar su entrenamiento y se dirige con los soldados de su escuadrón a tomar algo. Ni siquiera se siente cómodo con la compañía de sus compañeros, él prefiere ir por solitario y comer callado; pero, de nuevo, lo han arrastrado ahí.
Los ruidosos alfas bromean, cantan e incluso le silban a los pobres omegas que están sirviendo. Alex no dice nada, pero le indigna un poco. Todo cuanto hace es quedarse callado, con su ceño fruncido, observando a los alfas carcajear.
El alfa levanta la mirada cuando, finalmente, uno de los chicos omegas se acerca. Tiene alrededor de diecinueve y se le ve muy serio y sin ganas de bromear. Lleva su delantal blanco pero pantalones negros. Alex se fija en su flequillo y en lo castaño claro que es.
El omega da dos chasquidos para llamar a los alfas. "Attention, s'il vous plaît [Atención, por favor]" Su voz es suave pero cortante, saca su libreta y desenfunda el bolígrafo. "¿Qué desean pedir los caballeros?"
Al alfa le gusta su acento francés. Sin embargo, su atención se centra más en el bordado de su camiseta.
Louis.
Uno de los alfas no tarda en responder. "A ti, precioso."
Y como un par de críos, todos se ríen a la vez, menos Alex. Alex no dice nada, como es de costumbre, y ve cómo Louis da un pequeño suspiro y cambia su peso de pie. "Ah, mon Dieu. Ils sont comme des animaux" Murmura entre dientes. "Te quedas sin comer entonces."
La comisura de los labios de Alex se eleva en una pequeña sonrisa apenas perceptible. Los alfas se han quedado muy sorprendidos por esa contestación, algunos parecen incluso enfadados.
Pero antes de que puedan decir nada, Louis mira a Alex por primera vez. "¿Y usted?"
El alfa vacila un poco. "¿Eh?"
Louis hace un ademán con las manos señalando la cafetería en la que se encuentran. "¿Qué quiere pedir?"
"Ah... Nada."
"¿Nada?" Repite Louis, frunciendo el ceño. "¿No se supone que venís de entrenar?" Inquiere, pero Alex se queda callado.
Y esa es la primera vez que hablan; cuando Alex es demasiado tímido como para hablar con ese omega.
