Residencia Keisuke

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3ºC

—¡Mierda! ¿Dónde están mis zapatillas, Calcetines?

Un nervioso Baji estaba poniendo patas arriba el apartamento en donde vive. No encuentra sus preciosas botas negras, esenciales (según él) para esa ocasión, salir con su lindo vecino y futuro novio.

Llevaba una camiseta con el logo de su banda favorita y unos pantalones con cadenas. Se dejó el pelo suelto para la ocasión y, por recomendación de Kazutora y forzado, condones en el bolsillo. Casi mata a su amigo por eso.

Al final las encontró en la entrada, al lado de la puerta. Se las puso y ató los cordones, para coger las llaves y el dinero suficiente para pagar las entradas y alguna invitación al bar.

Bajó las escaleras y llamó a la puerta de su cita.

Oyó unas pisadas y finalmente la puerta se abrió, apareciendo Chifuyu. Él iba vestido con unos pantalones vaqueros y camiseta blanca.

Se quedaros unos segundos callados, sin saber qué decir.

—Bueno, ¿vamos?— Baji por fin se dignó a romper el silencio, buscando una respuesta.

—Sí. Tengo dinero suficiente para el bus, si quieres.

—¿El bus? Mejor vamos en mi moto—. Respondió triunfal.

—¿Tienes una moto?

—Sí, y de las mejores. Anda, vamos abajo y te doy un rodeo.

Bajaron las escaleras hasta llegar al portal, en donde se encontraba la moto del mayor en estatura.

—Es como montar en una bici, sólo que en ésta sí tienes que llevar casco, aunque bueno, yo no lo necesito, así que toma, este es para ti.

Baji extendió el casco a Chifuyu, quien se lo puso y subió al vehículo. Baji le ayudó, y luego él se montó. Encendió el motor y partió al cine.

Los dos se intentaban poner de acuerdo en cual película escoger: Chifuyu quería ver una película de acción mientras que Baji quería ver una película de horror. Al final lo disputaron a piedra, papel o tijeras y para la poca fortuna de Baji, Chifuyu ganó.

Decidieron ver una que salió recientemente, se suponía que debían comprar las palomitas y bebidas, pero Baji decidió comprarlas en el supermercado y colarlas, lo típico.

Se sentaron al fondo de la sala, donde no suele haber nadie, se acomodaron a su gusto y empezó la diversión.

La película era una normal, demasiado sobrevalorada para el gusto de ellos, pero pasable. Poco a poco ambos notaban como había una tensión creciente a medida que iba pasando la película. Baji posó su mano en el posa brazos del asiento, haciendo un intento de acercamiento. Chifuyu lo notó y arrimó su cuerpo al del otro, posando su mano encima de la de Baji a su vez.

Baji se sorprendió ante el acto del rubio, aprovechando para acercarse más a él. Chifuyu respondió a la jugada, sentándose en el regazo del pelinegro y mirándole directamente, enredando sus brazos por el cuello del contrario. El mayor en estatura se sorprendió por la acción, pero respondió enredando los brazos en la cintura de Chifuyu, apegándolo más a él.

Cuando la distancia era escasa juntaron sus labios repetidamente. No les importó mucho que estuvieran en el cine, como si estuvieran en un parque o su casa, se estaban comiendo ma boca y punto.

Poco a poco los besos iban subiendo de intensidad, pero no pasó a mayores. Estuvieron así hasta que acabó la película, cuando se encendieron las luces y casi les descubren.

Salieron de la sala e instantáneamente a Baji se le ocurrió una buena o mala idea, todo depende de la perspectiva de cada uno.

—¿Y si nos colamos en otra y repetimos la experiencia?— Preguntó travieso.

Vecindario - Tokyo Revengers Where stories live. Discover now