Dioses de Egipto: Anubis

13. volver por ti

Bastet entro a los aposentos de Toph con su andar sigiloso y la frente en alto, una diosa agresiva podía notarse en su mirada, de repente la discusión entre Anubis y Osiris pareció perder importancia, todo el lugar se llenó de su olor de su presencia y entonces Anubis noto que Menet tenía el mismo olor, la misma presencia que Bastet y por eso la habían confundido al principio. La diosa se sentó frente a la mesa en dónde Toph tenía los libros y miro uno sin mucho interés Anubis permaneció observándola parecían todos de repente comprenderlo el silencio termino por llenar completamente la habitación y ella por fin decidió mirarles.

— en lugar de discutir porque mejor no solucionan sus desacuerdos?

Anubis gruño y Toph se dispuso a quitar el libro de las manos de la diosa, era el libro sobre las joyas de los dioses junto al dibujo que había hecho del anillo de Anubis. Ella parecía muy interesada

— No les parece extraño que el anillo que Anubis regalo a Osiris en su coronación ahora esté en manos de una humana? — sus palabras eran como dagas enviadas directamente a el dios resucitado — Quizás Seth no lo asesino por envidia — se encogio de hombros y se puso de pie.

Anubis recordó cuando Isis le pidió ayuda para devolverlo a la vida sin dudas Seth lo había matado pero años de historias le decían que era simple envidia camino a paso firme hasta Bastet y la tomo del brazo antes de que se marchara ella siseo al sentirse atrapada lo miro con irá su cabello negro era largo y sus ojos amarillos y almendrados lo miraron con irá la pupila se dilató completamente casi hasta devorar por completo el irís quería atacarlo.

— Cuentame tu pena— susurro el chacal — te llevaré a dónde me pidas

—  es una verdad no una pena, una que estoy cansada de ocultar  — dijo firme

— tu voz será escuchada por todo Egipto solo dime lo que pasa

—se dónde está ella pero yo no puedo llevarte ahí.

La mirada de Osiris fue de odio cuando los vio desaparecer juntos, absorbidos por el remolino de arena que llevaba a Anubis al Inframundo y luego a casi cualquier lugar.

Anubis fue con la única que sabía podía ayudarle justo como el le había ayudado hace tantos años, Isis jamás podría decirle que no él era su fiel acompañante ambos se debían respeto y devoción. Con las indicaciones que le dió Bastet y el par de pistas sobre Menet pudo explicarle a Isis lo que ocurria él no le dijo quien le dió información ni porque de repente necesitaba con ansias aparecer frente a una humana pero era lo que quería y Isis no puso demasiadas réplicas salvó que el viaje no podía durar más que unos minutos.

Anubis apareció frente a ella, estaba igual de hermosa que siempre su olor a incienso y especias era una mezcla del olor de Bastet con el de Osiris pero también tenía un toque personal lo cual le dió más curiosidad. Se quitó el casco en silencio tratando de no hacer ruido para no despertarla, cuando la cabeza del chacal estuvo en sus manos ella despertó de su sueño y lo miro, su mirar era una mezcla entre la confusión y el anheló.

— ¡Eres tu!

— ¿Me extrañaste?

— ¿ Fue real?

— Cada cosa, daría lo que fuera por quedarme aquí y dormir a tu lado pero me temo que mi tiempo es corto — dijo sacando el reloj de arena de uno de sus bolsillos, iba a la mitad

— Deseo volver contigo — dijo mirándolo a los ojos Sintiendo el anhelo ¿Porque la habían separado de el? — Mi vida humana ya no es relevante siento que no pertenezco aquí

La humana se levantó imponente como Bastet aunque algo tímida, miro a los ojos al gran dios sus rasgos hermosos y su piel palida nada parecido a su traje.
El la entendía sentía que no tenía sentido su vida que había perdido a alguien importante era estúpido porque apenas habían pasado un par de días juntos pero se sentía como siglos.

El la tomo de los codos y dió un suave beso en su frente, ya casi no quedaba tiempo era lo único que podía darle.

— voy a volver por ti.

La mayor promesa hecha por un dios a una humana era todo lo que podía dejarle junto a su devoción.