Reencuentro con Elizabeth (parte 4)

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Domingo, en mi casa.

Eran las 07:00 cuando me desperté, abrí los ojos y, tardé unas décimas de segundo en empezar a ser consciente de que a mi lado tenía a Carolina, con los ojos tapados y desnuda por completo, dormida y, seguramente, con ganas de follar desde primera hora de la mañana.

Sin embargo, me encendí un cigarrillo y agarré de la mesilla de noche mi móvil, porque un mensaje de Whatsapp de Sara me había despertado; Sara quería saber si me apetecía salir a correr por Barranco un rato, para aprovechar las dos horas que faltaban hasta las 09:00, cuando llegara Elizabeth para ir con ella a ver a Sol.

Sara también me pidió que le mandase una foto de Carolina tal y como estaba y yo, se la mandé, también le pedí a Sara que le prestase algo de ropa a Carolina, pues solo había traído la que llevaba puesta el día anterior.

Carolina se despertó y, lo primero que me pidió, fue que no le quitara el vendaje de los ojos, de hecho, quería pasarse así el domingo entero, era algo que ya había hecho en más ocasiones, y le daba morbo, estaba bastante acostumbrada a no poder ver e incluso a salir así por la calle, con un poco de ayuda, por mi parte, no tendríamos problemas.

Mientras le metía un dedo por la conchita húmedo a Carolina, le dije que me gustaba la idea, y le expliqué que iba a ir con Sara a correr por Barranco y que le iba a dejar ropa limpia para que se pudiera cambiar.

Dejé a Carolina en la cama, que quería seguir durmiendo un rato más y yo, me fui a la ducha, me di una ducha rápida, apenas 5 minutos, y me puse ropa deportiva, para poder salir a correr.

Sara llamó al timbre, sobre las 07:30, llevaba la ropa que usaba para correr, un pantalón muy corto y ajustado, de color negro, que le marcaba bien el culo y que intuía los piercings de su conchita, y un top deportivo, que apenas sí tapaba sus tetas operadas; también llevaba auriculares en los oídos, el móvil en una bolsa en el brazo, y una riñonera, como si fuera el bolso, con las cosas imprescindibles para salir a la calle, por último, en los pies, llevaba zapatillas de running.

Antes de irnos, Sara, quería ver un momento a Carolina, para darle la ropa que le había conseguido, bastante extrema, por cierto, y, nada más verla, se saludaron con un beso en la boca, que me dejó sorprendido y excitado a la vez.

Sara y yo, bajamos en el ascensor a la calle, y fuimos caminando hacia Barranco, a pocos metros de nuestra casa, lo que nos permite poder ir con bastante frecuencia a disfrutar de uno de los pulmones verdes de la ciudad de Lima.

Para Sara, debido al tamaño de sus tetas, a los piercings que lleva y al plug anal que también suele llevar cuando vamos a correr, le costaba un poco a veces correr, y yo, que estoy en forma, a pesar del tabaco, acostumbro a picarla en carreras, y a putearla de alguna forma, para evitar que me gane si hacemos alguna competición entre los dos.

Estuvimos corriendo durante una hora, más o menos, tuvimos que detenernos en varias ocasiones, para besarnos o hacernos cosquillas, como premio por haber perdido alguna de las carreras que nos echamos.

Aunque a Sara le excitaba mucho la idea de chupármela o incluso de follar en alguna zona del parque, y me insistía casi cada vez que íbamos por allí, yo siempre lo rehusaba, no por ella, evidentemente, más que nada, para evitar problemas legales, por si nos pillaban; por supuesto, morbo, sí que me daba.

En torno a las 08:35, regresamos a mi casa, (Carolina seguía durmiendo y nos oyó al llegar, por lo que se despertó y le tuvimos que pedir que se esperase a que acabáramos en la ducha, para que, Sara, le ayudase a ella a ducharse) nos desnudamos, y fuimos a la ducha, con el tiempo justo para quitarnos el sudor, y echar un polvo rápido con Sara, a la espera de que, Elizabeth, llegara a las 09:00, tal y como me había indicado por un mensaje de Whatsapp que me envió cuando estaba saliendo de su casa, vestida con parte de la ropa muy provocativa que habían ido a comprar el día anterior, Sara, Elizabeth y Claudia.

Dominando la historia de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora