PRÓLOGO

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Aria emocionada, giró la manilla de la puerta, llevaba sin verlo todo el día. Nada más alzó la mirada, sintió como su corazón se quebraba en trozos, «no puede estar pasando.», pensó desesperada.

Una mujer desnuda y de piernas abiertas estaba encima de su escritorio, y él nada más y nada menos entre sus piernas, con los pantalones bajados. Eymon alzó la mirada al escuchar la puerta abrirse , abrió sus ojos como platos y se alejó de la mujer como si quemara, miró entre Aria y la chica que hace un rato se la estaba follando repetidas veces.

- Aria...- Se estremeció al escuchar su nombre salir de sus labios, odio su nombre, repugnó su nombre, quiso arrancarse los oídos, ya no se escuchaba como antes, cuando la llamaba con tanto amor, respeto, ternura, admiración... Ya no se escuchaba igual como en el pasado, odio escucharlo de su boca, sintió como sus ojos se humedecían, no quiso llorar, derramar sus lágrimas, pero no podía evitarlo, su cabeza opinaba algo y su corazón otra cosa diferente.

Eymon perplejo, se subió rápidamente el pantalón e intentó acercarse a ella, pero ella alzó la mano deteniéndolo, no lo quería cerca, en ese momento lo odiaba con toda su alma, no podía creer lo que sus ojos veían. Cómo podía hacerle esto, no que la amaba, mientras ella estaba en manos de Liatros, el líder de los Roguers, él estaba aquí follándose a otra mujer, no lo podía creer, intento pellizcarse, rogando que solo fuera un sueño, que era su maldita imaginación, pero no despertaba de esa horrible pesadilla.

"Te lo dije, no vales nada, quien amaría a una niñata inmadura como tú"- escucho otra vez la maldita voz de su cabeza. La odiosa voz que apareció cuando la bruja intentó extraerle los poderes. Aria se quiso arrancar la cabeza para no oír más esa voz.

- ¿Cómo puedes hacerme esto Eymon?... te ame, te entregue- le dificultaba respirar.- ... Mi corazón, mi confianza.- las palabras salieron de su boca en un susurro, sentía un fuerte nudo en el pecho que no podía deshacerse.- ¿Tan poca mujer soy para ti?- cascadas bajaban de sus mejillas, ¿Por qué no me lo has dicho antes?, me hubiera alejado de ti sin problemas, ... Nos ahorraríamos esto, este dolor, me hubiera alejado solo con una palabra tuya, lo entendería,- Él solo la miraba.- hemos pasado tanto tiempo juntos, ¿Por qué no me lo has dicho?, Solo te pedí una cosa, sinceridad, solo eso. No te odiaría como lo hago ahora,-La mujer que estaba sentaba sentada sonrió con malicia.- ¿Qué era todo lo que hiciste por mí?, pedirme ser tu novia, tu esposa, todo el tiempo que hemos pasado juntos han sido solo mentiras, ¿nunca me quisiste?.- lágrimas y más lágrimas se derramaban por sus mejillas, no era normal el dolor que sentía.

- No es lo que crees...- volvió a intentar acercarse a ella con los ojos húmedos, pero ella volvió retrocedió.-Perdóname.-Suplicó Eymon en un susurro entrecortado.

- A pesar del odio y asco que siento hacia ti, estás perdonado,- soltó una risa- Era demasiado rosa mi vida estos pasados meses, ya decía yo por qué era tan feliz,-. Volvió a reír, sin dejar de ver los ojos heridos de su supuesto"mate".- Te entiendo, creíste que solo por ser tu mate estabas obligado a amarme, que tenías que quererme, pero no es así, ... no pasa nada,- una risa llorosa salió de lo más profundo de su garganta.- Siempre cometemos errores, te perdono porque yo al contrario de ti, te ame con toda mi alma.- rio y se limpió las lágrimas bruscamente, ya no quería sentirse débil, demostrar lo vulnerable que le había convertido Eymon, respiro profundamente, pronunció las palabras que nunca pensó que saldrían de su boca.

- Yo Aria Díaz...

-No!-grito Eymon intentando detenerla, pero ella con el corazón en el puño siguió.

- Yo Aria Díaz rechazo como compañero de vida y mate a Eymom Maximilian, alfa de la manada Blackmoon y dejó el puesto de Luna a la mujer que verdaderamente ama.- Camino hacia el escritorio, donde estaba la mujer sonriendo de oreja a oreja, dejó el anillo en el escritorio el cual rápidamente cogió la mujer, y se lo puso en el dedo anular. Aria dio media vuelta sintiendo cómo su mundo se demoraba y desapareció por la puerta, de la mansión, de su vida, reflexionando en cómo le había quitado un peso de encima, le ahorraba todos los problemas a la persona que una vez amó con todo su ser.

"-No te mereces nada bueno en esta vida monstruo,- volvió a reírse la voz en su mente.- Pero qué alegría!, nadie te quiere. ¿Por qué no te matas y acabas este sufrimiento?, para ti y para todo el mundo, harías algo honorable al mundo por primera vez en tu puñetera vida."- Aria gruño y de un salto se transformó en loba, metiéndose en los más profundo del bosque, el lugar que vio a Eymon la primera vez, donde pasaron buenos ratos juntos. Se detenió en el lago que tanto amaba, vio su reflejo en el lago, reflejaba una loba gigante, tan grande, tan fuerte, pero por dentro era débil y odio eso, en sus ojos estaban las lágrimas que derramo en la mansión, soltó un fuerte aullido que contenía tanto dolor que cualquiera que lo echara se asustaría, mirando su reflejo se prometió que nunca más lloraría por él, por nadie, nadie volvería a verla débil ni les daría el placer de presenciarlo. Sus ojos se endurecieron, ya no tenía la mirada inocente, ya no era la misma Aria, y en ese lugar preciso lugar, Aria se convirtió en una mujer que no dejaría que nadie la pisara, se transformó en la loa gris más temida del planeta.

En el otro lugar, Eymon cayó de rodillas, sintiendo un fuerte ardor en el pecho, como si le arrancaran el corazón y soltó un agonizante aullido. Su mate la había rechazado y la diosa luna los estaba separando, sintió como su marca le ardía, como si lo quemaran en carne viva.

(...)

Un día después Aria estaba esperando para coger el primer avión que encontrará, alejándose de su dolor, su pasado, dejó todo detrás de ella, sin mirar atrás. Buscando un nuevo comienzo.

DE VUELTA A LA REALIDADWhere stories live. Discover now