CAPíTULO 4

4.4K 331 241
                                    


NANA DE EYMON

Hace tres años, desde que se fue Aria.

Me sobresalto al escuchar un alfa rugir ferozmente, subiéndome el vestido hasta las rodillas salgo corriendo hacia fuera, me quedo plasmada al ver a Eymon agarrar del cuello a un hombre y tirarlo bruscamente al suelo.

- !He dicho que no quiero niños en mi territorio, hijo de puta!.- Llévate a tu cachorro fuera de mi vista- señala a un pobre niño de cinco años llorando y de su nariz no para de salir sangre- la próxima vez que os vea delante de mi casa, pobre de vosotros, como tu y todos tus hijos, incluyendo tu mujer.

Escupe hacia el señor, le tira una mirada de odio y asco puro al niño, girando entra a casa, me mira de arriba abajo y pasa cerrando la puerta fuertemente.

- ¿Qué estás haciendo aquí?- escupe mirándome frío, con los ojos rojos.- Vuelve a trabajar y si has acabado con todo te puedes ir, no te necesito.- dice sin más y sube las escaleras, se escucha un fuerte portazo asustandome otra vez.

Una lágrima se derrama en mi ojo izquierdo, volvió a ser esa persona que perdió a sus padres cuando era pequeño pero peor, sin remordimiento, sin corazón y sin conciencia, que no le importa nadie.

Ya había pasado una hora y no había rastro de él, solo se escuchaba cristales romperse o silencio absoluto.

Sin importarme que se enfurezca mas al entrar subo, desde que se fue no dejo que nadie entrara a la habitación en la que estuvo meses encerrado, desde que se fue no dijo una palabra, solo se encerraba o soltaba todo su odio y ira a otras personas, no se podía controlar.

Dude en entrar, la última vez que alguien quiso entrar por nada lo iba a matar, alce la mano y gire el pomo, empuje despacio, se me rompio el corazon en mil pedazos al verlo, estaba tirado en el suelo apoyando su espalda en la cama, en el suelo miles de fotos de Aria y el o ella sola y también había tres botellas de alcohol, dos vacías y una en la mitad, y en la mano derecha un tabaco.

Desde cuando mi niño fuma, nunca llego a ese puto, si bebia y eso pero nunca llego a drogarse.

- Pero Eymon que haces- solloce quitándole el cigarro y pisarlo con todas mis fuerzas,- Cuando llegaste a este punto, porque te haces esto.- él solo bajo la mirada para que no pueda verlo llorar.

- Se fue..... Se fue y me dejo solo, no puedo vivir sin ella..... Un mundo sin ella no es nada... No tiene sentido.- sollosa intentando contenerse, pero no podía, sus sollozos lo ahogan, le cuesta hablar entre lágrimas.- Se fue y se llevó todo de mi.

Lo abrazo con todas mis fuerzas, él enterró su cabeza en mi pecho y sollozo, soltó todo lo que guardaba dentro de su corazón.

- Todo fue mi culpa, mi maldita culpa, yo hice que me dejara y lo hizo, busque por tierra y mar pero no aparece, no aparece, todo se acabado todo y ella no volverá, no se que hare.- no dejaba de llorar, sus brazos me rodeaban con fuerza, como si en cualquier momento desapareciera, con la mano derecha me limpie las lagrimas que no dejaban de salir, al ver mi niño en este estado. Estaba destrozado, no quedaba nada de él.

(......)

Ya habían pasado dos años y las cosas iban de mal en peor, Eymon se la pasaba en la habitación bebiendo y drogándose y cuando salía, solo lo hacía para buscar problemas, meterse con todo el mundo.

- Señor alfa mi mujer se esta muriendo solo necesito que me ayudes, te lo juro por mis hijos que te devolveré todo el dinero, por favor ayudame y no dejes que unos pobres niños sin culpa de nada se queden sin madre, mi mujer es humana, solo necesita un corazón nuevo y nada más, si no lo encuentro en dos semanas ella morirá, por favor señor ayúdame.- se arrodilló a sus pies llorando. Eymon sonrió cínicamente.

- ¿Y yo que gano ayudante?- Rio divertido empujando al señor, para sentarse en su silla.

- Lo que quieras alfa, solo no me dejes sin mujer, puedo trabajar por ti, lo que sea solo para salvar a mi esposa.

- Tengo a miles de trabajadores a mi disposición, ¿de que me serviría uno más?- el hombre bajó la mirada,- no estoy interesado, largate.

El hombre comenzó a gritar desesperado por la ayuda de su alfa, pero él como siempre era frío y no le importaba nadie.

- No lo volveré a repetir lárgate si tampoco quieres quedarte sin hijos, fuera de mi vista.- dijo tan tranquilo que era espeluznante, el alfa era una persona muy poderosa, en estos años mucho más, podía conseguir lo que quiera solo con una chasquido.

El hombre salió arrastrado de dos guardias, quienes miraban la situación con lástima, su alfa había cambiado y mucho ya no era la misma persona, compasiva y bondadosa, más cuando encontró a su mate.

(.....)

Subí las escaleras con una bandeja en manos, y la cabeza en otro mundo.

Entre en la habitación de Eymon, deje su desayuno en la mesita de noche, abrí las cortinas dejando entrar luz natural y aire fresco, Eymon gruño tapándose con la manta.

- Que mierda estas haciendo, vete de una vez y deja de molestar, me estás hartando.- me aguante los insultos y la paliza que le quiero dar.

- Despierta ya llegaras tarde a la reunión.- le quite la manta.

- Y a mi que, que se esperen, soy su alfa, que se jodan.- era un infantil e inmaduro, a veces me planteaba porque seguia aqui con el, pero es mi niño y lo amo con todo mi corazon, no puedo ir y dejarlo, su madre lo hizo y se llevó con ella su hermana, y se que en le dolió y más cuando de llevo a Mia con ella, yo no puedo ir y dejarlo aquí solo, imposible.

Cuando iba a levantarse una voz tierna y cariñosa entró entusiasmo saltando a la cama para ir a abrazarlo, su cara cambió radicalmente, de una cara fría, a una sonrisa que le iluminaba toda la cara.

-!!PAPI, PAPI!!- La única persona que en estos cinco años lo hizo sonreír era esta pequeña niña pelirroja de unos alucinantes ojos azules y con pequitas, que la hacían ver más adorable.

- ¿Cómo está mi preciosa rubia, la más hermosa de todas?-besó sus dos pequeñas y regordetas mejillas, ella sonrió sonrojándose y lo abrazo mas fuerte.

- Muy bien.

- Me alegro. ¿Dónde está tu madre?- preguntó levantándose con la niña en brazos.

- Abajo dijo que subirá en un rato.- Eymon me dio la niña, sin mirarme y entró al baño.

Lleve a la niña abajo, la deje en el salón para ir a la cocina, necesitaba aire fresco, todo cambió en un abrir y cerrar de ojos.

Un sonido de llamada me hizo volver a la realidad, rápidamente conteste.

- ¿Si?

- Nana?Hola, soy Nia.- dijo emocionada como siempre.

- Buenos días mi hermosa niña, ¿qué tal estás?

- Bien- contesto no muy convencida,- Te extraño mucho, a ti y a Eymon, ¿Cuando podré volver?, ya ha pasado muchísimo tiempo.

- Muy pronto mi vida, solo espera un poquito más, las cosas aquí están un poco mal.

- Está bien, ¿Puedo hablar con Eymon?, lo extraño, llevo tiempo sin hablar con él.- pregunto esperanzada.

- No mi amor. no está aquí, se fue temprano a trabajar.- me mordí el labio fuertemente, odiaba mentirle.

- Esta bien, entonces adiós, nos vemos, te quiero mucho y dile a Eymon que le echo de menos y lo quiero muchísimo, que no se olvide de mi.- río pero sabia que queria llorar.

- Nosotros tambien te queremos mucho más.

- No lo parece- susurro pero la escuche perfectamente- Adios- colgo.

Deslice el móvil hasta mi pecho.

Desde que la madre de Eymon se llevó a Nia Eymon no quiso hablar con nadie, y me avisó que cuando llamaran él no existía, estaba ocupado y no podía hablar. Sabe que si lo hará no podrá contenerse y llorara, no se quiere ver débil delante de ellas y más delante de Nia.

- ¿Aria?- la voz de Eymon se oyó por toda la casa. 

DE VUELTA A LA REALIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora