05: Melancolía

1.9K 237 39
                                    

05

Formación de reclutas N°104: "Melancolía".



La luz de la luna alumbraba la pequeña cocina. En el suelo de madera Sasha y Selene comían unas papas hervidas a escondidas. Era una situación bastante melancólica, seria la última noche que podrían escabullirse a escondidas para poder disfrutar del manjar de comida que Selene preparaba lo más discreto posible y Sasha devoraba al instante, volviéndose adicta a lo que la chica de pelo corto le preparaba.

La chica de pelo corto miraba el techo, mientras que la de la colita la abrazaba por el abdomen y lloraba recordando que ya no harían eso en mucho tiempo. Selene acariciaba su brazo intentando consolarla, espero el día de graduarse durante años, pero ahora se sentía demasiado vació. Ahora el camino de todos se separaría, Chloe tendría que casarse, Sasha y Connie se unirían a la policía militar, al igual que Jean. Sin duda los extrañaría. Y ella junto a su hermano, Mikasa y Armin irían a la Legión. Todo cambiaría y sus caminos estarían separados. Muchas veces se replanteó lo que Annie le había dicho sobre unirse a la policía militar, pero no podía hacerlo sería como abandonar todos sus sueños y vivir una vida que nunca quiso. Como traicionarse a si misma.

— No quiero que nos separemos.— murmuró Sasha escondiéndose aún más en Selene.— Ya no se sentirá igual.

— Yo tampoco quiero. Sin embargo pienso que nuestros caminos se van a volver a cruzar una vez más y quizás cuando eso ocurra ya seremos libres. Cada vez que vuelva de una expedición saldremos con Connie, así hasta ser unos ancianos y que ni podríamos caminar.— Sasha se separó de ella y le sonrió.

Una madera rechino afuera de la cocina, dándoles a entender que alguien estaba por entrar. Sin darle mucho tiempo de pensar Sasha ya estaba escondida detrás suyo y la puerta se abría lentamente. Miro hacia arriba pidiendo en su mente que no fuera Shadis, porque les daría el peor castigo de sus vidas. Suspiró de alivio al notar que el que entraba era Connie, Sasha salió de su escondite— para nada confiable— y Connie se sentó a nuestro lado.

— ¿Qué hacen aquí comiendo sin mí?— preguntó algo ofendido.— Si Shadis las hubiese descubierto la castigaría, sería mejor si seríamos nosotros tres los castigados. Todo es mejor cuando estamos juntos.

— Vinimos aquí porque yo estaba muy triste y tenía hambre. Pronto nos separaremos y Selene estará en peligro fuera de la murallas. Y cuando sea así ¿qué pasará con los magníficos? Juramos que siempre estaríamos juntos, pero que sentido tiene si ahora nos separamos.— dijo entre llanto contagiando a Connie a quien se le cristalizaron los ojos.— no quiero que nos graduemos.

— No tiene que preocuparse de nada chicos. Los magníficos perdurarán hasta el fin de los tiempo. Cuando seamos unos ancianos deformes le contaremos a los niños de nuestras aventuras. Y cuando vuelva de las expediciones volveré a ustedes siempre.

— Entonces nosotros esperaremos a nuestra mejor amiga cada vez que salga de las murallas.— dijo Connie.— Los magníficos existirán hasta el fin de los tiempos.

— Hagamos una promesa.— dijo Sasha.— siempre seremos los mejores amigos hasta ser unos ancianos como dijo Selene y seguiremos haciendo nuestras bromas y payasadas.

Bajo la oscuridad de esa cocina los tres juntaron sus dedos meñique para hacer una promesa de niños. Para mantener la esperanza de que aunque crecieran y sus caminos se separaran los tres siempre iban a volver a unirse. Que aunque el mundo se estaría cayendo a pedazos recurrirían a los brazos de sus fieles compañeros de bromas. Porque Selene sabía que en ese despiadado mundo los necesitaría siempre.

The end of the world | Jean KirschteinWhere stories live. Discover now