Capítulo cuatro.

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— ¿No le contaras? — Akaashi le cuestiono a su mejor amigo. Ambos caminaban hacia el club de voleibol —. No es por nada pero estuvo viéndote durante todo el almuerzo — apunto, mirando con emoción al más bajo.    
     
Kenma soltó un suspiro frustrado: — No sirve de nada si no logra recordarme, ¿qué le diré? — pregunto conectando sus ámbar con los ojos oceánicos del más alto — Hola, me conociste hace once años y jamás pude olvidarte, juguemos voleibol — dijo mientras hacía comillas con ambas manos — eso sería, ya sabes...patético — susurro por lo bajo.

— No sería patético — se quejó el mayor mientras abría la puerta del gimnasio.

— ¡Atsumu, idiota, idiota, idiota! — se escuchó la voz de Tooru. Se encontraba en una esquina peleando con el rubio. Le mostraba su lengua mientras seguía insultándolo.

— Es mi turno de hacer los saques, dame el balón — se acercó el gemelo Miya, mientras tomaba el balón, comenzando una pelea entre ambos.

— No quiero — se quejó el castaño, mientras intentaba jalar hacia su cuerpo el balón de voleibol, pero su compañero de piso también era bastante fuerte. Cuando noto que Atsumu ponía toda su fuerza en arrebatarle el balón lo soltó; haciéndolo caer al suelo, comenzó a reír de manera escandalosa.

— Eres un idiota — se quejó Miya desde el suelo.

— Demasiado ruidosos — se quejó un chico, a espaldas de estos.

Atsumu volteo con molestia, encontrándose con una mirada tan oscura como la noche, un chico unos centímetros más alto estaba parado frente suyo; su cabello era un poco largo ya que se le llegaban a formar unos cuantos rulos, tenía dos lunares en la parte derecha de su frente que resaltaban demasiado y portaba una mascarilla color blanca.

— Kiyoomi Sakusa, Miya Atsumu y Oikawa Tooru — menciono el capitán del equipo de voleibol —, parece que este año tendremos a unos excelentes novatos — dijo con una sonrisa —. Mi nombre es Kyo Takumi, capitán del equipo, es un gusto tenerlos aquí — se presentó el mayor —. ¿Y tu hermano, gemelo Miya? — cuestiono.

Atsumu se tensó ante esa pregunta, no le agradaba hablar del tema: — Tiene otros planes — se limitó a responder.

El rubio sentía un poco de rencor por las decisiones que había tomado su hermano en el pasado, al salir de la preparatoria Osamu decidió dejar el voleibol de manera permanente, argumentando que le gustaba, sin embargo, no le apasionaba como a él, por esa razón lo dejaría para enfocarse en lo que realmente le gustaba, obviamente después de esos acontecimientos tuvieron una gran pelea.

Atsumu recordaba que su compañero de departamento; Kuroo, le había cuestionado porque estudiaba gastronomía al decir su respuesta mintió, era cierto que había elegido la carrera a raíz de una discusión que tuvo con su gemelo pero la razón no era que cocinaba mal, la razón fue que el de cabello grisáceo dejo el voleibol, así que el setter le demostraría que podía cumplir su estúpido sueño incluso mientras jugaba el deporte que les gustaba a los dos, demostrándole que era superior que él.

En múltiples ocasiones intento ponerse en el lugar de su gemelo pero nunca pudo entender sus decisiones tan egoístas, según el punto de vista de Atsumu. Ya ni siquiera le molestaba que dejara el voleibol; que era una de las pocas cosas que los unían, se sintió aún más traicionado al saber que Osamu había elegido una universidad diferente, no solo eso, era una universidad que estaba en otro lado del mundo y su hermano ni siquiera se había tomado el tiempo de contarle, se enteró por medio de sus antiguos amigos del equipo, esa noche fue la peor discusión que tuvieron, no era algo raro verlos pelear e incluso golpearse pero siempre terminaban arreglándose pocos minutos después, ese día fue la excepción ya que desde ese día no habían vuelto a cruzar palabra. Osamu no se tomó la molestia de invitar a su hermano para despedirse en el aeropuerto y Atsumu tampoco se tomó el tiempo de ir. Atsumu se sentía realmente dolido, era la traición más grande que había sentido y por la persona que menos se esperaba.

Compañeros por errorWhere stories live. Discover now