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Era un lunes por la mañana. Haruto había decidido por aquel día no asistir a sus clases para pasar más tiempo con su minino, y le pidió a su mejor amigo, Jeongwoo, que si alguno de los profesores preguntaba por él, ya que la mayoría lo conocían por sus padres, inventara algún pretexto muy creíble.

Y el alcahuete le dijo que sí.

Por eso estaba con las manos aferradas al carrito en el pasillo seis, la sección de lácteos en el Supermercado. Aúnque muchos meses atrás Haruto y Junkyu quedaron nunca más pisar uno si se trataba de ambos, hoy prefirieron arreglarlo.

Además el mayor le prometió comprarle cosas dulces al gatito, un poquito de azúcar en su sistema después de mucho no sería gran problema. Y HyunSuk no debía enterarse.

Junkyu estaba cerca, esta vez no quitaría su mirada de él, con la experiencia de antes, no no. Se movía saltando a cada lado buscando leche de fresas, de la marca que le gustaba beber.

Hoy llevaba un gorrito de lana cubriendo sus orejitas, un abrigo negro que le llegaba hasta las rodillas, unos botines negros con los cordones demasiado largos pero igualmente muy bien amarrados para evitar algún tropiezo.

Haruto sabía que la gente era muy prefuciosa si se trataba de un híbrido, porque no eran vistos de buena manera por todos, las de la generación pasada los catalogaban como objetos sexuales.

Tenían el 50% de razón. Algunos lamentablemente eran comprados por monstruos que los usaban quitandoles todo rastro de su inocencia, en cambio personas como él, lo hicieron para amar y ser amados.

No estaba nada bien el comercio de ningún ser vivo para fines maliciosos, pero no existía alguna ley que se acercara a los derechos de los híbridos. Lo bueno era que ya se estaba hablando del tema, llegando a los noticieros y personas famosas daban su apoyó.

── Lo he decidido, me llevó estos.

Junkyu en bracitos cargaba varias cajitas de color rosa pálido. Las dejó en el carrito regresando por otras, hasta el momento además de las cajas ahí estaban dos mantequillas.

── Traigo más. ─ Otras cajas cayeron al carrito.

── Kyu, ¿no es demasiado? ─ Cuestionó apresurandose ya que el otro había corrido a la siguiente sección de cereal.

── No. Necesitamos alimentarnos bien.

Otro largo rato más detrás del indeciso felino.

Terminaron por comprar muchas cosas la verdad, casi una eternidad pasando un pasillo hasta repitiendo uno, Junkyu era todo un caso. Ahora se hallaban en la fila esperando su turno.

Haruto lo abrazo por atrás, dejando caer su mentón en el hombro del otro y enredando sus brazos en la delgada cintura pero ahora más pachoncita gracias al abrigo, es qué el frío ya hacía lo suyo estos días. Así era muy cómodo.

── Ay, Haruto quita tu mentón de ahí, duele. ─ Quejó este removiendose.

Una hermosa comodidad que duró poco por los chillidos y gritos de Junkyu.

➷. kyu suena como cute aaaa hasta su nombre dice que Junkyu es lindo ✨🍭

𝐌𝐘 𝐊𝐈𝐓𝐓𝐄𝐍 ෆ 𝗵𝗮𝗿𝘂𝗸𝘆𝘂 Where stories live. Discover now