treinta y cuatro

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No.

No, no y no.

Esto era un espectáculo. Un terrible espectáculo.

Podía imaginarse miles de escenarios, pero no quería ni pensar en el que se imaginaba. El hombre dentro del carro, quien tenía mirada de violador pervertido.

Lloverán putazos.

YoonGi veía como su compañero de cuarto lavaba el coche que estaba al lado de su motocicleta, teniendo un espacio con mucha diferencia para lavarlos más fácil.

Le enfurecía ver como aquel hombre en el carro se comía al pollito con la mirada.

Su ceño fruncido no se había ido desde que JiMin había cambiado de puesto.

¡Esto no era lo que tenía planeado en lo absoluto!

Se suponía que iría cuando JiMin trabajara para molestarlo y verlo molesto, ¡No para ver cómo hombres depravados lo comían con la mirada!

Encima ese traje...

YoonGi no entendía y ni quería entender por qué habían celos dentro de él.

Preocupación.
Sí.
Solo eso.

-Oye... ya he terminado.

YoonGi llevo sus ojos a los del chico que le hablaba, no movió ni un solo músculo más que sus ojos. Vio su motocicleta reluciendo; suspiró y sacó su billetera para pagarle al chico. Este le dio las gracias y se retiro.

Veía como JiMin se encontraba en cuclillas, tallando una de las ruedas. Su nariz estaba fruncida al igual que su entrecejo, mordía su labio inferior por la fuerza que usaba para limpiar. YoonGi no lo aceptaría, pero sintió un revoltijo en su estómago.

Lindo.

Pollito || Yoonmin ||Where stories live. Discover now