Sipnosis

2.7K 196 95
                                    

Tobirama escuchaba atentamente a dos de sus camaradas. La habitación estaba cubierta de humo blanco por el opio que fumaban de sus pipas. El mejor sake sobre una mesita saciaba la sed de aquella noche calurosa. Por la ventana abierta del salón privado de la fortaleza Senju, una vista majestuosa se dejaba ver hacia el jardín posterior y cielo estrellado. Hablaban de aquel suculento rumor sobre esas mujere arrogantes, no era nuevo hablar de ellas. Con las comodidades que tenían al alcance, debía ser el tema antes de pasar con las mujeres que ofrecían sus cuerpos y sus caricias. Sabían de antemano que hablarían de ellas, cómo un hombre no es suficiente para complacer sus mojados sexos. Tobirama esperó que uno de ellos empezara a decir lo que todos ya sabían, pero nadie del clan más poderoso lo había comprobado.

—Esas rameras son unas calientes donde sea que se les someta. Dicen que se mojan con tan solo pasar la mano sobre sus sexos, y si aprietas sus tetas les provocas un orgasmo. Son unas urgidas sin freno. Uno queda rendido antes que ellas sientan que llegan al clímax. Después ruegan por otro hombre, porque si no logran alcanzar el orgasmo el dolor que sienten se cuadruplica al de un golpe en los cojones. Deseo follar a una de ellas y después de correrme muchas veces, matarla.

—¿Y qué tal si ese coño te enamora? No podrás asesinarla así de simple —dijo el segundo hombre.

—Si eso resultará, la mantendría encerrada como una esclava sexual —respondió el primer hombre riéndose y bebidos sake de un vasito de porcelana.

—No será fácil, son kunoichis, obviamente tratarán de escapar o asesinar cuando viera la oportunidad de hacerlo —opinó Tobirama, alejando la pipa de sus labios para dejar escapar el humo por la ventana.

Senju Tobirama, el segundo al mando del clan más temoroso de los últimos tiempos, dando su respectiva opinión sobre las dificultades de tener a una esclava sexual. No era propio viniendo de su persona, sin embargo, ese tema llamaba su atención como ni otra cosa que no fuera defender a los suyos hasta la muerte.

—Tiene razón, no será fácil mantener a esas rameras tranquilas. ¿Usted cómo le haría si fuese a secuestrar a una Uchiha?

Con aquellas características que poseé el shinobi experto con el elemento agua, los demás shinobis pensaron que no contestaría sobre ello. Que los iba a ignorar. Sin embargo, fumó nuevamente de su pipa antes de responder en voz despreocupada con la vista hacia el cielo estrellado a mediados de junio.

—Primero, cubriría sus ojos con una trapo oscuro, atado fuertemente..., espera, lo mejor sería con ese metal que usan para cubrir los ojos de los rehenes con un candado por detrás, sellar sus habilidades con el propósito de bajarla de su pedestal terminando como una mujer simple, por último y lo más importante, una cadena gruesa en uno de sus tobillos.

—¿Y en dónde la mantendría cautiva? —preguntó el primero hombre tan curioso como su semblante.

—En una habitación alejada de los demás para que no escuchen cómo grita por ayuda, cómo jadea y deja escapar gemidos lujuriosos cada vez que me entro en ella con vigor y le golpeo las nalgas de la manera más ruda posible.

En realidad quería decir: «En el sótano debajo de mi habitación en donde pienso torturarla calentando su cuerpo al máximo negándole el mío hasta que me ruega con lágrimas en los ojos que la folle a cada rato, y que me corra en su boca como el agua que necesita beber para sobrevivir».

Ese era el deseo sexual de Senju Tobirama hacia una de ellas. Anhelaba averiguar si los rumores de su sangre era cierto, que un hombre no era suficiente para satisfacer sus hormonas llenas de lascivia, que se necesita de un excelente semental para dominarlas, ya que son unas fieras en combate y en la cama. Eso y muchas cosas más dicen de las kunoichis del clan Uchiha, pero lo más morboso, que les encanta que las monten varios hombres.

Sola había una manera para confirmar los rumores, raptar a Katana y obligarla a ceder ante los pies del Senju...

🚫Advierto de antemano lo explícito que será esta historia. Si eres intolerante a la violencia entre ambos géneros, si solo lees porque piensas que se trata de una historia de amor, y que al final todo se arreglará con justicia, no sigas leyendo porque no habrá nada de amor empalagoso u justicia. Tampoco el ship será respetado, pues habrá infedilidad por ambos lados.

Si has leído «La mestiza del clan Uchiha», te aviso que este fanfic no será la excepción.

Este fanfic no estará adaptada completamente al anime Naruto. Subiré dos capítulos en cuanto termine con «No mires a nadie más que a mí», y
«Mi esposo, mi amante y mi puta». De momento si gustan agregarla a la biblioteca sabré cuántos están interesados por esta obra.

Atte. Velbeth Castro ☆▪︎☆

Los Pantanos De Las Anacondas (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora