Coqueteos marca Midoriya

Romance en guerra

Ya era el tercer año de academia. La graduación era un hecho y tener un baile de despedida para todos los grandes héroes que habían sido formados era lo más adecuado y justo.

No debían de darles otro ataque sorpresa con un examen complicado. No. Los jóvenes héroes ya habían enfrentado vientos e infiernos... Era el momento de darles un reglo: Y un baile era el mejor regalo.

Todos estaban como locos buscando pareja y la separaban como si se tratará de la pizza en la caja; si te distraías, podías quedarte sin nada.

Y aunque muchos solo lo vieran como una despedida, un baile de una noche que no volvería a ocurrir... Para Izuku Midoriya era otra cosa: Era una oportunidad de buscar aquello que Yui le incentivo a buscar.

Debía buscar una chica, que quizás se convertiría en su chica ideal... Una novia marca Midoriya.

Pero tenía que apresurarse: El baile era en dos semanas, y las chicas en la academia se estaban agotando más rápido que las papas fritas en un McDonald's. Pero si quería atrapar a un pez para su cena, necesitaba el apoyo femenino, pero con Uraraka en el hospital, aún en su sueño finito, con su desconfianza con Toru y con Mina... Solo había una chica en la que confiaba meramente para que encontrara pareja.

Tocó la puerta dos veces y se mantuvo esperando frente a esta, a que la chica en el interior se quitará los audífonos y la abriera:

—¿Midoriya? ¿Qué te trae por estos lares? —preguntó Jirou, con una polera de una banda estadunidense sobre su cuerpo.

—Necesito ayuda... Ayuda femenina —Jirou mantuvo su rostro inexpresivo ante la respuesta del muchacho.

—La habitación de Mina está a tres puertas de esta —Kyoka casi cierra la puerta, pero Midoriya la detuvo con su fuerza de brazos, siendo una extremadamente anormal.

—Kyouka-chan por favor, de entre todas las chicas que yo conozco solo a ti te tengo confianza en cosas como esta. Mina y Toru no me ayudarían en nada y lo sabes. Sé que estás ocupada creando tu canción para el baile pero por favor... Nunca te he pedido nada y quisiera hacerlo ahora —rogó, haciendo que sus ojos brillaran por instantes y su nariz se viera adorablemente. La rockera suspiró.

—No me pongas esa cara Midoriya... —abrió la puerta a rastras, dejando pasar al joven—. Agh, está bien te ayudaré, pero solo porque me deberás algo.

—¡Gracias Kyoka-chan! —exclamó para luego abrazarla, mientras que la chica se sobresaltaba y clavaba sus jacks en su cara, echándolo para atrás.

—N-No me vuelvas a abrazar jamás... —el chico se disculpó y entraron a la habitación púrpura, siendo que Midoriya se mantuvo de pie y la chica se sentó en su cama junto a su guitarra y unas notas suyas.

—¿Es tú canción...? —pregunta Midoriya.

—Sí. Es un poco complicado. El director me pidió una canción "tranquila" pero a la vez "movida". Es complicado escribir una canción de ese estilo, y créeme que la letra está peor... —Midoriya casi agarra una hoja hasta que Jirou lo volvió a lastimar con uno de sus jacks—. Es privado y secreto, solo yo lo puedo leer —junto las hojas y las guardó en una carpeta con pegatinas de instrumentos.