I

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Como era usual, la disputa acabo con su victoria, Mikey bufo, había sido simple, no se sentía cansado, y su sudor era por el calor del día, aún era temprano, tenía hambre.

—Nee, nee, Takemicchi.—Queriendo ver al Hanagaki, al voltear lo vio sentado en el piso.—Oh, sigues consiente, estás mejorando.—Como una broma se le acercó, este elevó la cabeza.

—Creo que tienes razón.—Rascando su cabello revuelto sonrió.—¿Mikey-kun?

—Takemicchi...—Viendo alrededor, los integrantes de aquella banda, que Manjiro no se tomó el tiempo de recordar, yacían en el piso.—¿Cuál de estos tipos te lastimó de esa manera...?

Refiriéndose a las heridas de su rostro, Takemicchi ladeó la cabeza con una ingenua sonrisa.

—¿No lo recuerdo?, Eran muchos supongo, además siempre termino lastimado, estoy bien.—Restandole importancia río, Mikey suspiro, haciendo un puchero.

—Siempre terminas lleno de heridas.—Casi como un reproche, el Hanagaki le sonrió.

—Eres increíble, Mikey-kun, tu nunca recibes ni un golpe.

—Supongo.—Con un pequeño rubor, Mikey miro hacia otro lado, le gustaba ser halagado por Takemicchi.

Y levantándose, la banda se retiró, dispuestos a comer algo, era sólo otro día como cualquiera.

OoOo

Mikey tenía mala cara, Takemicchi sólo pudo abrir los ojos sin creerlo.

—Yo, Takemicchi.—Saludando al rubio Hanagaki, Mikey suspiro, en espera de algún comentario por el gran golpe que tenía en su mejilla.

—¡¿Mikey-kun?!, ¡¿Estás bien?!—Ahí estaba lo que esperaba.

—Me encuentro bien, sólo me-...—Detuvo sus palabras al sentir el tacto del rubio en su rostro.

—No se ve muy bien, debe doler...—Su expresión preocupada y tan cerca del rostro de Mikey era genuina, Manjiro tragó saliva, intentando no perder la calma.—Dejame ponerte algo, así sanará rápido.

Y con una venda en la mejilla de las que veía usualmente en el Hanagaki, Mikey la toco un poco, recordando así el tacto suave de Takemicchi.

—Gracias.—Algo apenado vió al rubio sonreírle.

—No es nada, ¿Pero quien te hizo eso?—Con una temerosa expresión preguntó debido a la idea de que alguien fuera capaz de golpearlo.—¿Kazutora-kun se volvió loco otra vez...?

—Fue Emma, se enfado conmigo y me dio una bofetada.—Con calma respondió, tranquilizando al Hanagaki quien suspiro con alivio mientras tomaba su pecho.

—Eso me alegra, aunque es inesperado, el invencible Mikey puede resultar herido.

—Bueno, he resultado herido antes, aunque me tenían sostenido, así que no sé si cuente...—En un pequeño murmullo miro al Hanagaki.

—Aunque no me alegra verte herido.—El rubio dio una expresión algo particular, con una sonrisa amplia y cejas arqueadas.—Verte lastimado me hace recordar que también eres un humano como yo, es algo relajante.

—¿Que creías que era antes?, ¿Un gato?—Al ver al Hanagaki reír sintió sus mejillas algo calientes, pero estaba contento, Takemicchi de repente parecía más confiado con él, menos temeroso.

—Quizas como un dios intocable.—Aquel comentario dejo en silencio a Mikey.—¡Ah, cierto, mamá me pidió ir a comprar!—Recordando su prisa, tomó su cabeza.—Ay, no recuerdo que era... ¡Te veo después, Mikey-kun!

Heridas | MitakeWhere stories live. Discover now