Capitulo 13

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Traer a Sakura a su casa fue a la vez una brillante idea y, sin embargo, al mismo tiempo, el colmo de la necedad. Sasuke lo sabía, pero lo hizo de todos modos. Tenía sus razones. Algunas válidas. Por un lado, él no estaba exagerando cuando menciono que su piso tenía la mejor seguridad alrededor, y eso no significaba sólo el tipo de guardias contratados. Ningún extraño irrumpiría en la torre de apartamentos sin que alguien de su manada lo notara —y se encargara de ello.

Esa fue la parte inteligente de su elección. La parte tonta, sin embargo, fue exponer a su ratón a las hembras de su manada. Hablando de lanzar a Sakura a los leones. Pero había que hacerlo en algún momento. Si Sakura iba a ser una parte de su vida entonces mejor que se acostumbrase a la locura de su familia desde el primer momento, antes de que ella descubriera el hecho aún más loco de que su pareja y sus familiares eran cambia-formas leones.

Ahora acerca de esa conversación que no tenía ganas de tener ¿Cómo decirle que cambiaba a algo peludo, que rugía, y le gustaba cazar gacelas, a una mujer cuyo encuentro más cercano con un gato grande fue probablemente en un zoológico?

Quizás Naruto podía encontrar un manual de cómo hacerlo para él.

Se preocuparía de eso más tarde. En primer lugar, tenía que atravesar el vestíbulo para que poder llegar a su casa. Su casa era la suite del ático en el piso diecisiete del complejo de imponentes apartamentos. Cabe señalar que poseía todo el edificio y las unidades eran, en su mayor parte, ocupadas por miembros de su manada. Hubo algunos que alquiló a sus amigos, una mezcla de humanos y otras castas shifters, pero la mayoría, eran felinos. Y estaban todos relacionados con él en alguna forma o manera, lo que significaba que no podía esperar poder colarse con Sakura y que nadie lo notara, sobre todo desde que tomó la decisión de no traer a sus amigas a la casa, hasta ahora.

En cuanto dio un paso a través de esas puertas de cristal, de los cómodos sofás y sillas situadas alrededor de una decorativa chimenea abierta abastecida por gas como combustible, cuerpos descansando se animaron con interés. Las cabezas se volvieron en su dirección. Conversaciones se detuvieron. Ojos siguieron sus pasos mientras se abrían camino hacia el ascensor. Pasos que se fueron ralentizando hasta que Sakura se quedó de pie paralizada.

- No creo que esto sea una buena idea.-Ella no lo miró mientras lo decía, pero con los ojos fijos en sus primos. -Yo no pertenezco a este lugar.-

Ella lo hacía. Simplemente no lo sabía todavía.

- Podemos hablar de ello cuando subamos.-

- O puedo dejarlo ahora. -Ella giro sobre sus talones, decidida a marcharse.

Como si él fuera a dejar que sucediera. Él la esquivó y bloqueó. Ella se trasladó al otro lado, sólo para que la bloqueara de nuevo.

-Fuera de mi camino. Me voy, y no puedes detenerme.- Eso le hizo reír.

- Oh, ratón, ¿cuándo aprenderás que no me puedes desafiar y esperar ganar? Vamos arriba, y punto. - Cuanto antes, mejor, ya que las leonas estaban tomando gran interés en su réplica, y algunas estaban empezando a acercarse, motivados por la curiosidad.

Esta discusión tenía que cesar. Él era el alfa de la manada, y tenía que actuar como tal. A pesar de los rumores que generaría con su público, Sasuke agarró a Sakura por la cintura y la llevó hasta el ascensor, que se abrió ante su cercanía.

Por suerte para él, nadie de la manada se enfrentó a él antes de abandonar el vestíbulo. ¿La parte no tan afortunada? Le avisaron a su madre.

Pero él no sería consciente de ese hecho por un total de tres minutos. Tres minutos que iba a pasar a solas con Sakura observándolo en el ascensor.

Cuando el Alpha rugeWhere stories live. Discover now