18. Cabos sueltos.

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Seis días habían pasado desde que ayudaba en la guardería después de la escuela, todos los niños eran mucho más agradables que los de mi orfanato y eso que contaban con la misma edad que ellos.

Simplemente me sentía un poco más cómoda con mi entorno y aunque mis problemas nocturnos seguían, eran más fáciles de olvidar.

-Espero que todos hayan hecho la tarea de literatura clásica, porque eso cuenta un 5% de la nota final.

¿Mencioné alguna vez que en Japón el sábado se va a la escuela?

Se escucharon abucheos y algunos murmuros preocupados, pero yo estaba tranquila, la había hecho la noche anterior.

-Voy a pasar por sus asientos y me pasarán lo que hicieron. - dijo el profesor, un cóndor con una graciosa y lustrosa cabeza calva.

Muchos empezaron a pedir las tareas desesperadamente.

Agarré mi mochila para ahorrar tiempo en vez de buscar en el momento.
Tenía sólo dos carpetas y un estuche con un bolígrafo, un lápiz y una goma. Lo necesario para todo el año.

Em... Creo que la tarea estaba en la otra carpeta, sí, eso debe ser.
Busqué en la otra y... Creo que no la traje.

¡Mierda mierda y más mierda!

No puede pasarme ésto, no, no, a mí no. El profesor está a diez bancos de distancia, creo que me da tiempo para hacerla.

Arranqué una hoja y me puse a escribir todo a gran velocidad, con el corazón latiendo como tambor.

¿Cómo pude ser tan irresponsable?

Estuve distraída por todo lo de la guardería, o más bien, emocionada. Por eso prefería que mi pedido especial, estudiar desde casa, fuera cuánto antes.
Ya me imagino todo el tiempo que me ahorraría y todo lo que podría estudiar del plan de estudios, que muy pocas veces se completa en clases.

Creerán que es imposible hacer todo eso con dos minutos, pero eso es porque no me conocen en clases.

En esta materia me tienen como una genio, simplemente porque cada vez que teníamos que crear alguna historia, yo usaba las más populares que mis otras memorias me mostraban, Harry Potter, el Universo Marvel, DC...

Debería estar llena de demandas por copyright en este momento.

Pero como ya dije antes, ¡Aprovecha el bug!

-¿Qué está haciendo, señorita?

Con nervios que me hacían temblar, aparté el bolígrafo y miré al profesor con una sonrisa.

-Estaba corrigiendo unos errores ortográficos que no había notado antes. - dije con una tranquilidad que hasta a mí me sorprendió.

-Veamos...

De milagro había escrito la última línea antes de que el calvo llegara a mi banco.

Se puso su lentes redondos y con graduación que te haría ver el borde del universo, leyó en silencio un rato y me dió un asentimiento indicando que estaba todo bien.

Siguió caminando por el salón arrebatando trabajos a medio hacer.

-No quiero ver que estén copiando a alguien más, si lo hacen, me daré cuenta y tendrán cero en mi materia sin importar sus notas en los exámenes. - dijo en tono severo.

La próxima vez voy a asegurarme de hacer la tarea.

[...]

Ayer había sido -en su mayoría- un día tranquilo, hoy iba a estar todo el día en la guardería ya que es fin de semana.
Con ese pensamiento, me levanté de la cama tranquila, como siempre me había despertado antes del amanecer.

HajinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora