**Nina consideraba que su vida estaba bien. Hasta que acepta ayudar a su mejor amiga en un evento. Y descubre que es la trilliza perdida de una familia Real.**
Nina Evans siempre lo ha tenido todo bajo control: su trabajo, su familia y hasta su rela...
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"Fue la primera vez que Nina sintió que algo se rompía en su pecho."
—Fue muy extraño, Lex. Realmente se sintió como si me conociese. Luego actuó tan normal que me dejó confundida —le dijo a su amiga. Aún estaba muy confundida con lo que acababa de sentir—. En fin, te llamo luego, ahora solo quiero tirarme en la cama y dormir toda la noche si es posible. Sé que eso no sucederá, ya que Fabrizio desde que salió del trabajo no ha parado de escribirme. Quizás y sólo deba responder.
Nina ya había llegado al estacionamiento de su edificio. Sabía lo que le esperaba una vez entrara a su casa. Fabrizio la había llamado más de 10 veces o puede que incluso más. Lo que significaba que era un tema que no dejaría pasar con facilidad. Y no es para menos, se trataba de Rood.
«De ella nunca dejaba nada al azar» pensó Nina sacudiendo la cabeza intentando despejarse.
Una parte de ella estaba muy nerviosa de enfrentarse a él. Porque Fabrizio tenía la capacidad de manipular toda su versión para que sonara convincente. Era tan fácil caer en sus palabras. No estaba segura si él realmente estaba molesto por su mensaje o por ella haber ido a su trabajo sin avisar.
«Ni siquiera fui a su trabajo por él. Era solo para hacerle un favor a mi amiga» pensó tratando de serenarse. Aun cuando este era un tema personal, sabía que él no se lo tomaría bien.
Jane llevaba trabajando un mes con ellos y en ningún momento Fabrizio fue quien de decírselo. Sobre todo, teniendo en cuenta el pasado que hubo entre ellos.
«¿Cómo se supone que deba lidiar con esto?»
«¿Se supone que lo acepte o que lo deje pasar?»
«Dios, se trata de la chica con la que me engaño. ¿Eso me convierte en la mala?» pensó mientras pegaba su frente al guía. Aún no se bajaba del auto. No estaba lista para lo que le esperaba.
—Tampoco es para que te pongas así. Todos sabemos que eres impulsiva. Estabas molesta, le escribiste a tu novio y luego lo ignoraste. Me parece perfecto que lo hicieras —respondió Alexa.
Sonrió ante su respuesta. Era evidente que Alexa nunca perdonaría a Fabrizio. Siempre existiría esa enemistad entre ambos. Aunque cuando estaban juntos eran muy prudentes en cuanto a conductas y no la hacían sentir incómoda. A la larga Nina se acostumbró a no tenerlos a ambos en una misma sala.
—¿Crees que debí ser más cruel? —preguntó mientras recogía sus cosas y se bajaba del auto. No podía esconderse por más tiempo.
—¿Bromeas? Debiste ser aún peor. ¡Se trata de Jane! Esa es una perra silenciosa que jamás aceptó que Fabrizio te eligiera a ti. Tiene cara de inocente, pero de inocente no tiene nada. Ahora estarán juntitos en un mismo espacio. Yo que tú lo hubiera mandado a la mierda desde el principio.
