capítulo cuatro

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MAIA NO SE DESTENSÓ HASTA que salió al pasillo. Dio un suspiro largo y se encaminó al Gran Comedor. Fred, George y Lyra la estaban esperando al pie de la escalera que subía hacia el primer piso del castillo.

—¿Qué quería Snape? —le preguntó George al verla llegar.

—¡Oh, nada! Simplemente me ha aconsejado que evite coger su asignatura el año que viene, para evitar vernos mutuamente —inventó, mientras se dirigían al Gran Comedor.

—Pero de todas formas no ibas a cogerla, ¿verdad? —dijo ahora Fred.

—En realidad no lo había pensado. Siempre he querido librarme de Snape, pero ahora que él me ha confirmado que es mutuo, puede que me quede el año que viene, solo para molestarlo —dijo encogiéndose de hombros.

Fred y George rieron y a Lyra se le escapó una sonrisa y negó con la cabeza. Cuando se sentaron a comer, Maia notó como Harry estaba muy tenso y sus amigos lo miraban asustados.

—¿Qué os pasa? —preguntó sentándose junto a Anna. Lyra se sentó a su lado, frente a Fred y George.

—La profesora Trelawney ha predicho que Harry iba a morir —dijo Ron, con miedo en la voz.

Fred y Maia se miraron y soltaron una carcajada. Típico de Trelawney. A ellos les había pasado lo mismo.

—Pues yo te veo bien, Harry. No tienes pinta de morirte en las próximas horas —bromeó George, haciendo que el chico medio sonriera.

Algo es algo.

—Dejad de preocuparos por eso. Todos los años se inventa la muerte de alguien. En nuestro curso le ha tocado al pobre de Diggory.

—Sí, pero Maia, cuando estábamos leyendo los pozos de té, le salió el Grim —dijo Ron.

—La adivinación es demasiado imprecisa —intervino Lyra—. No podéis fiaros de todo lo que os cuente esa mujer.

—Eso es lo que yo digo —exclamó Hermione, sonriéndole aliviada a Lyra porque ambas pensaban lo mismo.

—Harry—dijo Ron en voz baja y grave—, tú no has visto en ningún sitio un perro negro y grande, ¿verdad?

—Sí, lo he visto —dijo Harry—. Lo vi la noche que abandoné la casa de los Dursley.

Ron dejó caer el tenedor; que hizo mucho ruido.

efímeros · george weasleyDove le storie prendono vita. Scoprilo ora