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el tiempo había pasado, ninguno de los dos sabía cuánto tiempo llevaban así. pero no importaba, porque seguían siendo amigos, seguían llevándose tan bien como antes.
pero Sunoo quería llevar más allá la relación que tenían. sin embargo, estaba seguro que a Sunghoon no le gustaba él y que, si le llegase a gustar alguien, definitivamente no sería el pelirubio. Kim iba a ser la última persona en la que Park se fijaría.
— ¿y cuándo le vas a decir? — preguntó felix mientras le daba otro sorbo a su bebida.
era recreo y los tres amigos se encontraban en la cafetería de la escuela.
— no estoy seguro de que sea buena idea — admitió Sunoo e hizo una mueca. la idea de ser rechazado en realidad no le agradaba.
era algo normal, ni siquiera sabía porqué le tenía miedo, el amor no siempre le iba a ser recíproco. tal vez era por el hecho de que conoce a Sunghoon desde hace mucho tiempo. en realidad no eran amigos de toda la vida pero se conocían hace casi cuatro años, por lo que no quería romper aquella amistad.
— no pierdes nada, Kim — intervino Hueningkai, para después meterse otra papa frita a la boca.
— para ustedes es fácil porque cuando se confesaron, les correspondieron y ahora están saliendo — se quejó el mayor y se cruzó de brazos, fingiendo estar enojado.
y es que mentira no era, pues el australiano salía con uno de los amigos de Sunghoon, al igual que Hueningkai. estaba feliz por ellos, claro que sí. sólo que debía admitir que le daba un poco de envidia, deseaba que, aunque al castaño no le gustara Sunoo, le diera una oportunidad para salir. en realidad era todo lo que pedía. si no funcionaba no lo iba a forzar y lo dejaría por la paz. no insistiría más y, si Park quisiera romper su amistad, lo dejaría hacerlo.
— ay, vamos — dijo felix y miró al pelirubio incrédulo — tú más que nadie sabe que no salí en seguida con Minho.
Sunoo lo sabía.
demasiado bien para ser verdad, pues algunas veces el peliplateado llegaba a su casa llorando debido al mayor. y no, no era porque lo lastimaba, o al menos no intencional. el australiano lo había llegado a ver con otros chicos y eso lo hacía sentir mal.
— pero tú sí — apuntó Kim al menor con su tenedor, quien seguía comiendo sus papas — así que no te intentes excusar.
— no lo iba a hacer — dijo con una sonrisa — pero todos sabemos porqué Soobin sale conmigo — los otros dos jóvenes no sabían a qué se refería, pues lo miraban con el ceño fruncido — porque soy demasiado lindo — sonrió y puso su dedo en su hoyuelo, provocando risas en sus amigos.
