Oh baby, baby

563 71 4
                                    



No la había visto en 4 días.

No paraba de preguntarse sobre que había pasado con su pequeña vecina. ¡Hasta le había preguntado a su madre!

La señora Park se había sorprendido al escuchar de los labios de Jisoo "necesito el número de su hija" después de que le explicara que Rosé no quería verla. Le había extrañado porque antes Jisoo iba cada día y se había tardado en volver. Más le había sorprendido cuando Rosé le dijo duramente que no querría volver a ver a la mayor. Pero la señora Park no es tonta, sabe que entre Rosé y Jisoo hay algo. También lo comprobaba cada vez que escuchaba que su hija ponía el pestillo de la puerta o cuando salía Jisoo de su cuarto agitada. Y decidió que no era mala idea en que Jisoo tuviese el número de su hija.

Jisoo moría de pena, no podía creer que nunca se habían atrevido a intercambiar números. No había sido necesario, sólo bastaba con abrir la ventana y empezar a charlar. Pero en 4 días sus cortinas y la ventana se habían mantenido cerradas. La esperaba afuera de casa pero nunca la veía. A veces veía a Lisa con Jennie y cuando se acercaba a intentar a hablar Jennie se volvía loca.

- ¡Lárgate maldita zorra, búscate a alguien que no tenga novia!

Jisoo había tratado de explicar pero lo único que recibía era un rotundo "no" de Lisa.

- Mami Jennie no deja a Lisa hablar con zorras.

Su novia se veía bastante satisfecha cuando escuchaba esas palabras. Jisoo había pensado que esa relación era demasiado rara. Y definitivamente Lisa era la pasiva.

Le había mandado sólo un mensaje a Rosé que decía básicamente "¿estás bien?". Oh vaya. La chica había respondido con un simple "no eres para tanto".

La había dolido. Jisoo se había preocupado para nada. Es más, la única que estaba sufriendo era ella.

Hasta que un día, mientras tomaba una siesta, sintió como acariciaban su cabello. Al abrir los ojos se encontró con una Rosé pelirroja.

Jisoo se levantó rápidamente, sorprendida.

- ¿R-r-Rose? ¿C-como entraste?

- Por la ventana, te veías muy tranquila y tu madre no está en casa.

- ¿Y-y qué haces aquí? - Pronunció Jisoo nerviosa.

La chica la miro y le dedicó una sonrisa, una que no le gusto para nada a Jisoo. Una sonrisa que la convertía en una masa emocional.

Y Rosé la besó. La besó con desesperación. Besó cada parte de su boca, ella sabía donde eran sus puntos débiles.

Enredó sus manos en el cabello de Kim y la acercó más a sí, si es que era posible. Al instante la chica se separó.

- No. - Sentenció con la voz ronca.

Jisoo no entendió hasta que sintió una mordida bastante fuerte en su cuello.

- No me toques.

La mayor sólo soltó un suspiro, era lo único que podía hacer cuando tenía a una Rosé comiéndose su cuello. No trató de tocarla, pero se estaba consumiendo en llamas.

Gimió.

La menor había encontrado su punto débil: sus orejas. Las lamía y mordisqueaba lentamente. Y Jisoo no paraba de jadear.

- Rosé no sé qu-

Se tensó, la contraría estaba debajo de su blusa lamiendo y succionando su abdomen. La boca de Rosé era fría pero no podía sentirse más caliente.

Le masajeó los senos, primero lentamente y luego rudamente. Los pezones de Jisoo eran extremadamente sensibles, no quería imaginarse cuando la menor decidiese utilizar su boca. Sintió una descarga eléctrica bastante conocida y gimió con vergüenza.

Rosé decidió que la blusa estorbaba y, en un segundo, salió volando. Seguido de su sostén.

La miró.

Con sus ojos rasgados, sus pupilas dilatas y con las mejillas sonrojadas. La chica le dedicaba una mirada intimidante, mezclada con lujuria y furia.

Le tomó el seno izquierdo y lo metió a su boca, mientras con la otra mano le acariciaba lentamente el abdomen. Rose le estaba dando un beso francés a su pezón, luego al otro.

- Dios, Rosie sigue- Pronunció con la voz ronca y cargada de excitación.- No pares por favor.

Sintió como el contacto de la menor se alejaba.

Oh no.

No, no, no, no, no, no, no, no.

¿Ella iba a dejarla así?

Jisoo la miraba agitada y su respuesta llegó cuando observó a Rosé abrir su ventana.

- Oops - Le dedicó una sonrisa ladina.

- ¡Maldita no seas así!

Desapareció de su vista y Jisoo soltó un suspiro, frustrada.

Al parecer Rosé no regresaría.

Ella misma tendría que apagar el fuego que estaba entre sus piernas.

Y lo haría. Lo haría con la chica de los ojos felinos en su mente.

Oops...I Did It Again...[Chaesoo]Where stories live. Discover now