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Tan solo habían pasado 14 días desde que llegaron a la nueva casa. Evie se había adaptado bastante bien, y aunque la comunicación con su padre no había sido más fluida, intentaba no ser pesimista.
En cambio, había buscado distracción en ayudar a su madre con el jardín, plantando rosas y lavanda, horneando pasteles que cada vez se volvían mejores tanto en aspecto como en sabor, jugando con Mr. Whiskers, quien cada vez se apegaba más a la joven, y por supuesto, conversando con su agradable vecino.
Y hablando de él, cada vez le parecía más interesante. El hombre era inteligente e intrigante, pero no del tipo pretencioso. El no la hacía sentir como una niña insolente con sueños imposibles y una visión distorsionada del mundo, no era como hablar con cualquier otro adulto, no era como hablar con su padre, quien invalidaba sus pensamientos tan solo por ser muy joven.
Volviendo a su forma de emplear su tiempo libre, había conseguido cierto gusto en pasear por el centro de la pequeña ciudad, incluso había hechado un ojo a ciertos lugares, como ese bar con letreros de neon en el cual tendría que presentar su identificación falsa que había conseguido en los recovecos de Los Ángeles. Pero hoy en especial, había encontrado entretenimiento en sentarse en el porche de su casa, con un libro en mano y simulando su lectura para enmascarar su real pasatiempo.
Y es que el Sr. Hiddleston, o Tom, como había insistido que lo llamase, se encontraba la lavando su Corvette blanco en la entrada del garage, con una camiseta blanca fina que, al estar mojada, se pegaba a su abdomen, haciéndolo lucir como una escultura antigua.
Evie no podía evitar observarlo, era adolescente, sus hormonas estaban alborotadas como toda joven de su edad, y Tom era un hombre atractivo, demasiado. Además, el vivía frente a su casa, por lo tanto era inevitable el hecho de no verlo.
- ¿Disfrutando la vista?.- Evie se sobresalto, mirando para todos lados al oír una voz no reconocida. A pocos metros de ella una joven de piel morena la miraba con una mueca burlona.
- ¿Q-que? ¿De que hablas?
- Tranquila.- Dijo la muchacha soltando una risa.- No eres la única en el vecindario que lo hace, mira.
Evie miro hacía dónde señalaba sutilmente la joven, y noto que efectivamente, no era la única. Pues varias de sus vecinas, la mayoría de una edad avanzada, observaban el espectáculo gratuito que otorgaba el vecino.
- Hiddleston es alguien bastante popular por aquí, todas las milfs del vecindario babean cuando pasa.- Evie no pudo evitar reír.- Soy Rihannon, por cierto, pero dime Ree.
- Bonito nombre, como la canción. Soy Eve, dime Evie.
- Bonito nombre, como la pecadora de la biblia, un gusto.
