Día Extra II - Crossplay

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PD: Encontré que esta sería una idea muy interesante de escribir un crossplay o "crossdressing" de los niños estos, puesto que, por la época vivida, mucho se tenía que intentar para pasar desapercibido, ¿Y por qué no una de estas, también? que sería básicamente vestirse de mujer, claro... jeje

Quiero dejar avisado que es un capítulo con fuerte contenido. Están bajo su propia discreción.



Las meras circunstancias los habían llevado a ambos a esos ambiguos lugares donde Ezio, en algún momento, se habría entregado a su propia remisión por duras batallas, y se dejaba llevar. Lugar era en donde solitaria y tristemente dibujaba con sus manos esos relojes de arena, sobre sus desnudas caderas, y miraba con una amargada pasión esos ojos almendrados de largas pestañas negras y carnales sonrisas.


Ahora le daba un leve escalofrío de vergüenza pensarlo, puesto que ellas ya lo sospechaban todo, al verlo pasar más tiempo con ese otro asesino.

Eran mujeres astutas, y podían oler la diferencia fácilmente entre el simple deseo, y lo más cercano al amor. Sí, ellas lo veían con gran claridad, pero de alguna u otra manera, les gustaba verlo a él de esa forma. Aun así lo estimaban... demasiado, y tal vez hasta otras fantaseaban verlos juntos.

Las muchachas de bellos e imprudentes vestidos, de colorines rostros, reían y le coqueteaban al verlo de nuevo. Cruzaban sus blancas piernas desnudas sin pudor hasta los muslos, arrastrando los volantes de sus vestidos hacia atrás. Unas con otras graciosamente apoyándose de sus hombros, y sus tacones con cordones largos y altos resonaban en el suelo. Otras se colgaban en los brazos de él, acariciaban su pecho, y jugaban con sus mechones de su frente mirándolo con ternura. Otra deliberadamente le dio un beso en la mejilla, dándole la bienvenida, para luego mirar al sirio como un siguiente objetivo... pero, oh, como querían a Ezio...

Que incomodo...

...sobre todo porque él las conocía a todas ellas y sus... virtudes.


Le lanzó una resignada mirada al sirio encogiéndose lenta y ligeramente de hombros, quien, por cierto, no había sido excluido de los objetivos plenamente seductores de las chicas. Ellas se le lanzaron encima también. Sin embargo, él veía con una extraña indiferencia a las que le tocaban el rostro, examinantes, o apretaban sus fuertes brazos con grandes sonrisas de sorpresa, y él, como si fuera la primera vez que presenciara aquel extraño suceso de aquellos vanidosos, risueños y coloridos seres, poniendo a prueba sus instintos carnales, que por extraño que fuera, parecían ser totalmente intactos.

"—Parece ser tan fuerte—".

"—Es tan apuesto, y parece ser tan valiente—".

"—Guarda la cicatrice sul suo labbro, potrebbe rubare anche un bacio...—".
(Mira la cicatriz en su labio, podría regalarle hasta un beso...)

Ronroneaban lujuriosas las chicas encaramadas a Altaïr como niñas con una nueva muñeca para su entretención, de la cual comenzarían a pelear y tirar para utilizar.

Altaïr giró lentamente su mirada a Ezio, con las chicas amontonadas sobre él como palomas cuando les tiran comida. No eran celos lo que sentía al verlo en la misma situación, pero sí un frustrante desacomodo, pues se daba cuenta en donde se encontraban.

—¿A un burdel? —, fue lo primero que dijo el hombre sarraceno con ronca voz, extendiendo sus brazos, como las chicas se le encaramaban alrededor intentando no soltarlo y haciendo fuerza con él para bajarlos, admirándolo en todo momento, ultrajándolo, haciéndolo sentir casi asfixiado. Casi sentía que le robarían sus armas, las miraba con aguda desconfianza, evitando que tocaran sobre todo sus manos. Sus ojos fueron a los del florentino, exigiendo una urgente y seria respuesta.

Ogni giorno ti amo di più [EzioxAltaïr] «28 días con la OTP»Where stories live. Discover now