Leah Chase ha vivido toda su vida en el aburrido pueblo de Shadyside.
Solo sus amigos logran que las cosas no sean tan monótonas, en especial el risueño y alegre Simon.
La vida parecía la misma de siempre hasta que una noche todo cambia, cuando Lea...
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Simon había salido del estacionamiento alejándose de sus amigos. Necesitaba ir con urgencia al baño, y no iba a pedir permiso en la comisaria. Cuando encontró la pared de una vieja tienda que había cerrado, se detuvo, cuando escuchó la patrulla de la policía salir del estacionamiento. Se subió la cremallera del pantalón, cuando escuchó una dulce voz que provenía de detrás de él. Era la voz de una chica. Simon se comenzó a acercar, lentamente, un tanto extrañado. La chica se encontraba recostada contra una columna. Tenía las rodillas contra su pecho y la cabeza escondida entre ellas.
-Siempre hieres a quien más amas- Se escuchaba el canto- A quien jamás deberías herir.
Simon se fue acercando lentamente a la chica, pensando que podría estar herida. La chica llevaba puesto una falda justa de color verde militar, con una top con decorativo de flores. El peinado que llevaba parecía haber salido de los setenta. Simon estaba a tan solo unos pasos de ella cuando decidió hablarle:
-Oye, ¿Estás bien? ¿N-necesitas ayuda?- La chica levantó su mirada lentamente, entonces un escalofrío recorrió a Simon. La chica tenía alrededor de su ojos unos cortes, sonrió- ¿Qué diablos?
La chica levantó su mano, sacando una cuchilla y cortó la pierna de Simon, provocando un grito al chico. Simon se dispuso a correr hacia la calle, intentando alejarse de la desconocida. La chica logró arrojarse sobre Simon, dispuesta a acuchillarlo. La chica se subió sobre Simon, mientras que el chico tomó su brazo intentando detenerla. La chica logró sacar la cuchilla y la acercó al cuello de Simon.
Escuchó gritos a lo lejos, los gritos de una chica. Le parecía que ella gritaba su nombre y el de los demás.
Simon detuvo a la chica, forcejeando con ella, pero la desconocida logró hacerle un corte en el cuello. Simon apartó el cuchillo de ella y la tomó por el cuello, para intentar ahorcarla o al menos dejarla inconsciente. La desconocida logró zafarse y levantó el cuchillo lista para matarlo.
Simon dio un pequeño grito, pensando que sería su muerte. Pensó en Leah, en su sonrisa, su cabello, el olor de su perfume. El brillo de sus ojos. La forma en la que pronunciaba el nombre de Simon. Como cuidaba de él en ciertas ocasiones.
Pero la muerte nunca llegó. La chica cayó hacia un costado con dos disparos. Al levantar la mirada, Simon vio a sus amigos allí, a todos menos a Leah.
-¡Simon, ven!- Gritó Kate.
-Simon, ¿Dónde está Leah? ¿No estaba aquí contigo?- Preguntó Julian un tanto preocupado.
-No...Yo escuché...- De repente se volvió a escuchar un grito. El mismo que había escuchado Simon hacia unos minutos. - ¡Leah!
Corrieron hacia donde provenía el sonido. Al dar vuelta a una esquina, vieron a Leah tirada en el suelo. Había un hombre sobre ella con un cuchillo, mientras que Leah tenía ambas manos sobre las del hombre, evitando que le cortara el cuello.
-¡Deena, dispara, por favor, dispara!- Gritó Julian, detrás de Simon.
Deena levantó la pistola y disparó. Leah gritó cuando el cuerpo del hombre cayó a su lado. Simon corrió hacia ella y la jaló hacia él. Leah temblaba entre los brazos de Simon, también tenía el rostro bañado de lágrimas.
-¡Vamos, Leah, vamos!- Gritó Simon en el oído de su amiga. Iba a correr cuando vieron como el lechero se levantaba. Su cara deformada estaba llena de sangre, pero la sangre no era roja como debía ser, era negra. De un negro oscuro como la noche. Leah gritó y ella y Simon comenzaron a correr, tomados de la mano. Por el rabillo del ojo, Simon vio como Deena arrojaba la pistola hacia un costado.
Divisaron la ambulancia desde lejos. Kate fue la primera en subirse y arrancar el motor. Todos los demás subieron a la parte de atrás mientras la ambulancia se alejaba de la comisaria y de los dos asesinos.
-¿Alguien puede explicarme que diablos estaba pasando ahí?- Gritó Addie de forma alterada. Simon había encontrado en varias ocasiones a la rubia un tanto irritante y vanidosa, pero ahora mismo no parecía ninguna de esas dos cosas.
-Una loca psicópata trato de matarme, ¡Y no entiendo porque!- Chilló Simon.
-Leah, estás herida- Dijo Sam. Todos miraron a Leah. Efectivamente, la chica tenía su mano llena de sangre. Un largo corte le recorría la palma izquierda. No parecía haber notado el corte.
-No es nada- Susurró, su voz temblorosa, al igual que sus manos- Cuando intenté detenerlo, tuve que ejercer presión con mi mano y me corté.
Simon actuó enseguida. Se levantó, tomó un botiquín que había en la ambulancia y sacó algodón, gasas y cinta adhesiva medica. Tomó la mano de Leah entre la suya y comenzó a limpiar la sangre y desinfectar el corte. Luego procedió a envolver la mano de Leah con las gasas, cortarlas y luego envolverla con la cinta adhesiva medica.
-Creo que eso será suficiente- Susurró. Leah y el se encontraban muy cerca.
-Gracias, Simon- Respondió ella. Ella levanto la mano derecha y tocó el cuello de Simon- Tu también estás herido.
-No es nada.
-Déjame vendarlo.- Habló Leah. Desinfectó la herida que la chica psicópata le había hecho en el cuello a Simon y luego colocó una gasa y cinta adhesiva medica. También tomó otro algodón del botiquín para empaparlo en alcohol y comenzar a limpiar la sangre que Simon tenía en el rostro- ¿Es tuya? ¿La sangre?
-No, cuando Deena disparó, me salpicó en el rostro.- Explicó Simon.
-Asqueroso.- Leah frunció la nariz, con una pequeña sonrisa- Creo que ya está.
Simon sostuvo la mano vendada de Leah entre las suyas, dando suaves caricias. Sus miradas se encontraron.
-¿Te duele?- Preguntó Simon.
-No, solo es un tanto molesto. Creo que no es tan profunda.
-Chicos- Llamó la voz de Julian- Hemos llegado a la casa de Deena.
Leah y Simon había estado tan entusiasmados uno con el otro y tan preocupados por la situación que habían olvidado al resto de sus amigos. Bajaron de la ambulancia. Cuando entraron en la casa de Deena, cerraron las puertas con llave y corrieron las cortinas.
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OKEY, ESTOY GRITANDO CON EL FINAL DE 1666. FUE HERMOSO, LLORÉ, REI Y HASTA TEMBLE DE LOS NERVIOS.
¿YA LO HAN VISTO?
Okey, paro con las mayúsculas.
Publico este capítulo justo antes de irme al dentista que llevo días con dolor porque me estan saliendo las muellas de allá atras, entonces necesito urgentemente un médico jaja.
¿Les parece si cuando vuelva, publico dos capítulos mas? ¿Les gustaría?
