Leah Chase ha vivido toda su vida en el aburrido pueblo de Shadyside.
Solo sus amigos logran que las cosas no sean tan monótonas, en especial el risueño y alegre Simon.
La vida parecía la misma de siempre hasta que una noche todo cambia, cuando Lea...
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La ambulancia se detuvo frente a la casa de Leah y Julian. Para su suerte, sus padres no se encontraban allí.
-Voy a bajar, tomar la pistola y nos largaremos de aquí- Dijo Leah, luego se volteó hacia su hermano y Addie- Ustedes pueden bajarse y refugiarse detrás de las adorables puertas y paredes de ésta morada- Escupió con rabia.
Dio un salto hacia la acerca, para comenzar a caminar hacia su casa sin importarle si Julian y Addie la seguían. Abrió la puerta principal de su casa y lo primero que hizo fue entrar en el baño. Metió la pulsera que le había regalado su abuela debajo de la canilla y restregó con los dedos hasta que salió toda la sangre que había quedado pegada. Tomó una toalla y secó la pulsera y sus manos.
Al salir del baño, caminó hacia la habitación de sus padres y buscó en el fondo del ropero, hasta encontrar una caja de tercio pelo, al abrirla, encontró el arma. También había unos cartucho de balas. Munición. Se metió la pistola en el bolsillo delantero de los jeans y la munición se la guardó en los bolsillos traseros. Cerró el armario y caminó fuera de la habitación de sus padres. Suspiró, observando todo a su alrededor. Podía ser la última vez.
Al salir fuera, vio a Addie y Julian parados fuera de la ambulancia.
-¿Has conseguido el arma?- Preguntó Kate. Leah levantó un poco el suéter, mostrando la pistola.- ¿Sabes como usar eso?
Leah quitó el arma del bolsillo y la observó.
-Tiene el seguro puesto- Afirmó- Pero no se como pueda estar mi puntería. Soy buen con el arco y la flecha, pero no son lo mismo. Tendrán que confiar en mí.- Miró más atrás de Deena.- Te vamos a salvar, Sam.
La chica asintió, mostrando una sonrisa de forma agradecida. Leah finalmente se volteó hacia su hermano y su amiga.
-Los veré...más tarde- Leah intentaba no llorar- Salvaremos a Sam y volveré a casa para el amanecer. Si por casualidad te encuentras con Mama o Papá, diles...
-No me encontraré con ninguno de ellos- Interrumpió Julian a su hermana- Iré contigo. Los ayudaré.
-También voy.- Dijo Addie- Por más horrorosa que haya resultado esta noche, es la más entretenida que he tenido en toda mi aburrida adolescencia.
Leah sonrió y sin poder evitarlo envolvió a ambos en una cálido abrazo. No sabía si ambos lo estaban haciendo por Sam, porque realmente debían hacer algo para proteger a la rubia o solamente lo hacían porque se dieron cuenta que Leah iría de todas maneras. Lo importante era que estarían allí, ayudando.
