Tercera Manera | Extrañarse

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𝑬𝒔𝒕𝒊𝒎𝒂 | Cariño o afecto que se siente por alguien o algo.

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—Palabras: 742

—Galería: @/722ZI on Twitter

—Sin restricciones.

No recuerda el momento preciso en donde empezó a ser llamado "El vicecapitan", "El primer oficial" o "La mano derecha del capitán"

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No recuerda el momento preciso en donde empezó a ser llamado "El vicecapitan", "El primer oficial" o "La mano derecha del capitán".

El espadachin ni su capitán habían hablado acerca de ese tema, mayormente porque no tenía importancia alguna pero nunca pudo negar que en el fondo le gustaba que lo llamasen así.

Aun así, sus acciones nunca tuvieron otra razón mas que llenar su orgullo, serle leal a Luffy era lo mejor que podía hacer para demostrar la fortaleza de ese orgullo a sí mismo.

El hecho de estar al lado del pelinegro en todo momento -aun en situaciones complicadas-. Cubrirle la espalda durante los combates. Darle sus raciones de comida -el no las necesitaba, solo con el sake estaba satisfecho-. Salvarlo cada vez que el usuario caía al océano. Tomar sus siestas cerca de el por si llegara el caso de que estuviera en peligro. Asegurar la seguridad del menor antes de dormir. Estar a su lado durante los días en los que se encontraba inconsciente -efecto de alguna pelea o algún accidente-.
Confiar en el. Luchar por el.

Cada decisión que tomaba lo hacía para si mismo.

Luchar contra los aliados más fuertes del enemigo para que Luffy no tuviera que preocuparse por los extras. Llevar su cuerpo al límite solo para ganar. Sangrar en cada centímetro de su piel y romperse cada hueso de su sistema para ganar algo de tiempo. Declararle la guerra al mundo sin tener miedo a las consecuencias. Inclinar su cabeza pidiendo clemencia. Sacrificar su vida para que el azabache cumpla su sueño. Entrenar durante dos años -perdiendo la vista de uno de sus ojos en el proceso-.
Seguir luchando por el.

Todo lo había hecho por si mismo y solo para beneficio propio, porque serle leal a Luffy era la mejor medicina para su alma y se había convertido en su verdadero objetivo.
No quería convertirse en el mejor espadachín del mundo, ya no.
Quería convertirse en el mejor espadachín del mundo formando parte de la tripulación del rey de los piratas.

Conoció a su capitán estando atado a una cruz de madera y en estado deplorable. Lo más seguro es que hubiera muerto.
Vio la sonrisa del pelinegro, no sabía el porqué pero en ese momento sentía molestia al verla, la odiaba, odiaba verlo sonreír.

Enterarse sobre la muerte del hermano de su capitán fue como un balde de agua fría cayendo sobre su cabeza, humedeciendo los cabellos verdes del espadachín y a la vez ocultando las lágrimas que amenazaba de salir de sus ojos, lagrimas de impotencia.

Dos años pasaron para que pudiera volver a ver la sonrisa del menor, aún seguía odiando su sonrisa pero eso no eliminó su determinación.
Esta vez no se separaría de él, no lo haría, el se comportaría como el vicecapitan que necesitaba la tripulación, el se convertiría en la mano derecha que necesitaba el de sombrero de paja.

Bajar miles de kilómetros bajo el mar para conocer a la isla gyojin, pelear en una isla con climas totalmente aislantes entre sí para salvar a unos niños, luchar contra toda la tripulación de un shichibukai para atraer la atención de un Yonkou, subir a la joroba de un elefante y conocer a una raza totalmente nueva.
Vivió todo eso en un tiempo bastante corto de su vida pero nunca se separó de su capitán, había estado a su lado en todo momento viéndolo sonreír, odiando esa sonrisa en silencio -aun sin comprender la razón-.

Un obstáculo llegó frente a sus ojos.
El pelinegro tenía que ir a recuperar al cocinero de cejas rizadas y al mismo tiempo ir al territorio de otro Yonkou.
Y el no podía acompañarlo, no está vez, el tenía que ir a la Tierra de Wano para cuidar al resto de la tripulación, o al menos eso fue lo que dijo su capitán.
La orden del capitán era absoluta para el, acepto sin rechistar y se despidió de él con un "Dejamelo en mis manos".

Cuando en la lejanía del desierto vio a cierto azabache montando a una clase de León gritando su nombre, descubrió la respuesta a su odio tan grande hacia la sonrisa de Luffy.
Sentir los brazos elásticos enrrollandose alrededor de su cuerpo y escuchar en sus oídos las palabras cálidas del pelinegro fue lo que hizo que su mente aceptara aquella respuesta.

Odiaba la sonrisa de su capitán porque no sabía cuando iba a hacer la última vez que la viera.

Odiaba la sonrisa de su capitán porque no sabía cuando iba a hacer la última vez que la viera

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7 Maneras Para Amarte | OnePieceWeek2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora