Las tres Diosas

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En los años que la profecía tomó todo su apogeo, el Olimpo vio el alumbramiento de tres poderosas Diosas.

Perséfone la hija de Zeus y Démeter a quien con admirable cuidado protegía su madre, convirtiéndose màs tarde en la esposa del Dios de los muertos.
Atenea, primogénita de Zeus, Diosa valiente y respetada por todos.
Y por último , Rhode, la primeriza de Poseidón y Afrodita, el bien más preciado de su padre, criada para heredar el reino de los mares, pues su talento y belleza la hacían digna merecedora del poder .

Las tres habían llegado a este mundo en el mismo momento, justamente cuando la Tierra se vio obscurecida por un eclipse, ambientado con el sonido de las trompetas de los hados, a los que no se les escapaba ningún detalle de la vida de los inmortales y hombres.
Muchos hablaban que las trompetas serían tocadas tres veces, la primera durante el nacimiento del elegido, la segunda acompañando su muerte y por último cuando se vuelva a reincorporar como un Dios.

Luego de varios milenos de sus nacimientos, cada una tenía sus grandes hazañas y logros que respetar.

La hija de Démeter controlaba la naturaleza en todo su esplendor, Atenea era la sabiduría del Olimpo y Rhode además de controlar el agua, manejaba a su gusto lo único en que los Dioses no tenían poder, el tiempo.
Zeus muchas veces pensaba en las enormes habilidades que habían acumulado sus hijas, y con un remordimiento en su interior , se formulaba la idea de que nacieron el día indicado anunciado del futuro elegido, y por lo tanto tendria que desaparecerlas de este plano a como de lugar , reprimiéndo su consciencia con la escusa, de que al dejarlas con vida podrían mejorar su potencial, aliarse con los titanes y derrocarlo.

- Pero son mis hijas, no podrían derrocarme, -pensaba el Dios mientras caminaba por la habitación pincipal del Olimpo, desde la cual se podía ver todos los mundos y creaciones -no me podría deshacer de ellas, pero de la otra si, la hija de mi hermano, esa es la peor amenaza, se ha educado con los titanes, tiene mas potencial que mis hijas, de ella si me tengo que deshacer.
-Señor , ya encontramos a Rhode, la ubicamos, esta en un intento de tomar el olimpo con los titanes - decia hermes,mientras le pasaba a su padre un holograma de la situación.
Ella, estaba ahí, la podía observar sin tener que irse al lugar de la situación ,la viva imagen de su hermano, cabello negro, ojos azules, con pequeños rasgos de Afrodita como naríz perfecta y rostro delineado.
Su mirada la convertía en una guerrera, la guerrera que lo podía destruir.
-Llama a Poseidón - gritaba Zeus , mientras se pasaba una mano por su frente, en verdad que su sobrina le traía varios dolores de cabeza, desde el nacimiento de las tres no había podido vivir en paz, formulándose que su futuro asesino podría estar compartiendo su misma mesa, y ni siquiera se daba cuenta.
La guerra continuaba a los pies del Olimpo, los titanes ya habían tomado la primera fortaleza y ahora se dirigían a la gran muralla, una vez derribada esta, tendrían el acceso conpleto a su morada.

Helios no los podía detener , su nave no era lo suficientemente veloz como para atacar a todos, Apolo mataba uno y se le escapaban dos y ; muchos otros de sus hijos muchas veces ni lograban atrapar uno.
Apolo habia tenido la oportunidad de emboscar a Rhode, pero no lo hacía.

Su frente se frunció al pensar en un complot organizado por su propia prole. En la única que podía confiar era en su amada Athenea, la joven de cabellos castaños y mirada penetrante que lo había acompañado durante toda su vida, pero que constaba entre una de sus principales amenazas.
Los titanes seguían avanzando y con su paso más se adelantaba la hija de Poseidón que parecía dirigirlos , ya se encontraba en el cuarto de control, nadie hacía nada para detenerla, todos contemplaban en ella la fuerza revolucionaria, y por lo tanto la esperanza.
Su paso se vio truncado por la Diosa de la Sabiduría, que se encontraba erguida en la puerta principal.
-Retírate, y olvidaré lo tonto que hiciste ver a mis hermanos, que te verán que los hechizas pero a mí no.- exclamaba , mientras daba una vuelta en círculo para contemplarla mejor.
-No me iré, no me rendiré - decía Rhode mientras con un balanceo de sus manos, detuvo el tiempo , dejándo congelado el instante en el que su advesaria se encontraba levantando un puño en su dirección .

Rhode se aprezuró a entrar en la habitación principal, cuando de repente la mano de su oponente ejercía una fuerza sobre su espalda, derribándola; había roto el hechizo, y la había vencido.
-Creíste que no me podria liberar , le quité la solución a uno de tus compañeros, - alardeaba, colocando su pie encima del estómago de la caída, apuntándola con su lanza en dirección al corazón- es tu fin princesita, ahora si le solucionaré el problema a mi padre.
El rostro de la Diosa del mar palideció cuando en un abrir y cerrar de ojos veia a su antigua captora tendida en el suelo, recobrándo el aire antes perdido.
Apolo y Dionisio la habian noqueado, dejándola en libertad
-Corre Rhode, corre -susurraba el joven de cabellos dorados.

Una luz azul envolvio a Rhode, absorbiéndola a la fuerza, mientras observaba como sus antiguos salvadores eran apresados por otro grupo de divinidades , que ahora los tenían como traidores.

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