Un cuento mágico

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En la cima del reino marchito, en la cumbre de la montaña que representaba ese mundo, dos insectos contemplaban la magnificencia de una estatua, la corona de ese mundo y el último vestigio de una tribu perdida en el tiempo. 

Para cada uno de los que observaban, el monumento representaba algo distinto, para Dareth era solo una maravilla arquitectónica y un misterio que permanecía sin resolver ¿Qué representaba esta estatua? ¿Quién la construyó? ¿Por qué motivo?

En cambio, para Bocadillo, era una pista de su propio origen y el recordatorio de su naturaleza, aquella que no había logrado despertar, o más bien que temía despertar. Él podía ver más cosas que solo la piedra que se alzaba frente a él, el sitio rebosaba de recuerdos y magia, mucha información para una polilla. Sobrecogido se sentó en el suelo, se abrazó las rodillas y se puso a temblar.

—Bocadillo ¿Estás bien? —Preguntó su compañero preocupado acercándose.

—Yo... ¿Soy como ella?

—¿Cómo quién? —Como respuesta la polilla solo levantó la mano y apuntó a la estatua— ¿Esa mole es alguien?

—Mírala bien, tiene un rostro, es una polilla... Como yo... Nos parecemos.

—¿Eh? —Dareth se quedó un momento analizando el monumento— No  se parece a ti, además de que es demasiado grande...

—¡Dareth cuantas veces tengo que decirte que el tamaño no lo es todo! —Esta vez se notaba molesto, pero tras unos momentos se calmó— Lo siento, es que... El lugar destila esencia y recuerdos, ella es el origen de todo el dolor que hay aquí.

—¿El dolor? Espera ¿Me estás diciendo que esta estatua es la que generó la infección?

—La estatua no, la criatura que representa sí y esa criatura es una polilla, un alto ser como yo.

—¿Alto ser?

—Sí, y esto de alto ser por favor no lo vayas a relacionar con altura o tamaño, porque no tiene nada que ver, se relaciona más con poder, ya sé que yo en teoría no soy poderoso pero... Mi maestra dijo que yo tenía mucho poder dentro, sólo que mi miedo me impedía usarlo y que si fuera capaz de sacarlo podría convertirme en un rey o algo así. Es verdad que me da miedo hacer algo así, no sé de política ni de cómo hacer que la gente me siga, tampoco sé como imponerme a otros, solo soy una pequeña polilla que tiene miedo de dañar a otros y... Lo que hay en este reino... ¿Yo sería capaz de hacer algo así? Me aterra pensarlo.

Dareth no sabía qué decir realmente, su amigo era diminuto, una pelusa blanca y quejumbrosa a la que siempre debía estar protegiendo de todo peligro, se le hacía difícil creer que una cosita adorable como él pudiera causar muerte y enfermedad a todo un reino. Por supuesto tampoco quería desacreditarlo o decir que sus declaraciones eran mentiras o ideas ridículas, sin embargo el pequeño de forma mágica sabía exactamente lo que pensaba.

—Sí, supuse que no me creerías, nadie lo hace nunca...

—Bocadillo, no quise....

—Nunca te conté de mi tiempo con la maestra ¿Verdad?

—No...

—Bien, todavía te falta conocer una parte muy importante de mi historia...

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Te había contado antes que luego de mi ruptura con Shell quedé dolido y abandonado en una gran ciudad ¿Cierto? Pues afortunadamente mi tiempo de miseria no duró demasiado, pues un día cualquiera en el que me encontraba ahogado en mi tristeza, fui encontrado por una caracol negra, sí, como el tipo raro ese que vimos la otra vez.

Memorias de un BocadilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora