Tokyo 卍 Revengers [One-Shots]

✨Especial✨

Quiero agradeceros a tod@s, de verdad. Hay muchísimas lecturas, muchísimos votos y los comentarios son increíbles.

Las amo con cada parte de mi ser.

Ustedes me motivan a seguir con esto, se podría decir que son como mi rayito de luz en la noche más oscura.

Gracias a todas las que se han preocupado por mi, no os merezco, enserio.

Y... Como muestra de mi agradecimiento, quiero enseñaros una parte de mi.

¡Disfrutad!

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✨Touman✨
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Sus ojos estaban sin vida. Se sentía vacía por dentro.

Estaba rota.

Solo era una muñeca, ¿no es así? Alguien completamente desechable e inservible a ojos de la humanidad.

Siempre la utilizaron y menospreciaron, olvidando que ella era capaz de sentir como cualquier ser humano.

Solo quería afecto, solo quería sentirse feliz por una vez después de años de sufrimiento.

[T/N] era una chica terriblemente desdichada.

Cada enamoramiento la hizo sufrir.

Cada maldita persona la hizo daño.

Cada momento era como un infierno.

Decidió abandonar el instituto por que no soportaba el bullying.

Abandonó a su familia por que no podía con sus exigencias.

Abandonó su felicidad para dársela a otros.

Ella siempre disfrutó ayudando, pero siempre hay un límite, un límite que ella no supo poner. Un límite que la fue consumiendo muy lentamente hasta el punto de sentirse vacía.

¿A quien podía acudir?

A nadie.

Todos la habían abandonado, desechado como si no tuviera importancia, reemplazándola por alguien "mejor" que ella.

Estaba sola.

Y siempre iba a estarlo.

O eso creía.

Cansada de todo solo pudo acudir a Kisaki Tetta, un "amigo" suyo de la infancia. Realmente agradecía que él nunca se hubiera metido con ella, lo agradecía de todo corazón. Pero tampoco hizo nada por ayudarla hasta que ella se lo pidió.

Se veía tan frágil y vulnerable que al "bonachón" de Kisaki le dió pena.

—¿Cómo estás hoy?—. Le preguntó Hanma a la chica, su único pilar.

—Mejor que ayer—. Dijo sentada en el suelo en posición fetal.

—Eso es bueno—. Se agachó a su altura y acarició su cabello, algo graso por no haberse duchado en días. —Tarde o temprano tendrás que salir de aquí.

—Yo... No quiero—. Escondió la cabeza entre sus piernas, provocando un suspiro en el alto.

—Tarde o temprano lo vas a tener que superar—. Siguió con la mano en su cabello. —Si no me tienes miedo a mi ni a Kisaki... Eso ya es un logro, ¿no crees?—. Utilizó un tono amable y ella le miró.