Capítulo 26

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Emma. 

Maldita bruja. Espero haberle dado en la cara con la puerta.

Regreso a mi escritorio y dejo caer mi cara en mis manos frustrada y molesta hasta la medula por haberme contenido de patearle la cara.

Nunca debí enrollarme con Alexander Roe, debí hacerle caso a mi voz prudente y alejarme de él porque lo único que me trajo fueron problemas y más problemas.

Como si no tuviera suficientes.

Dejo de lamentarme como una cría y después de enviarle un correo a la compradora de mi apartamento en Trafford paso la mañana afinando los detalles del evento de apertura de Birmingham para el siguiente mes llamado a patrocinadores y me mantengo serena para no pensar en la arpía pelirroja.

Termino la última llamada con la señora Pitt dueña de la fundación que realizó el hotel y abro uno de los cajones de mi escritorio para tomar la lista de los arreglos de la locación de los que se encargó de Adam.

Mi mano se topa con un objeto pequeño aterciopelado, pero antes de poder sacarlo y descubrir lo que es unos golpes resuenan en la puerta y como supongo que es Alicia digo pase mientras tomo mis cosas.

Es la hora de la comida y como siempre debe querer ir juntas. Justo lo que necesito, una buena amiga para distraerme.

—Me muero de hambre. — le digo con una sonrisa, pero no es Alicia la que está en la puerta sino Adam.

—Es una suerte que esté aquí para invitarte a comer— dice con una sonrisa coqueta —¿Qué dices?

Lo he rechazado una y otra vez y una comida es lo menos que puedo hacer por él después de todo lo que ha pasado. Haberlo utilizado para molestar a Alexander y después su encierro en el baño del hotel que para mí no parece un accidente.

—Está bien, pero dividiremos la cuenta— acepto con una sonrisa tímida y su sonrisa cambia mientras asiente.

—Hecho, después de ti— señala la puerta y juntos salimos al estacionamiento.

—El restaurante no está muy lejos de aquí ¿Qué dices si caminamos un poco? El día es mejor que la lluvia de Brent — asiento y me extiende la mano para ayudarme a bajar la escalera de la entrada.

La tomo y bajo con cuidado sobre mis tacones, pero al terminar la suelto.

—Y hablando de Brent ¿Cómo va el trabajo?

—Hasta ahora ha sido un poco difícil, aun no entiendo por qué el señor Roe no quiere a más publicistas ahí, he estado muy ocupado llevando a los medios.

Tampoco entiendo por qué lo hizo. —Lo siento mucho.

—El trabajo no es lo que me preocupa, amo el trabajo duro, pero lo peor es no verte. — me guiña un ojo. —Creo que trabajamos mejor juntos— añade rápidamente.

Sus palabras tienen un toque amable y a la vez curioso, yo también me siento mejor trabajando con él, somos igual de objetivos, además me agrada su compañía.

—El sentimiento es mutuo— su sonrisa se ensancha con esas palabras mientras llegamos al restaurante.

El lugar se ve bastante caro para estar en zona céntrica, pero acogedor. Adam me abre la puerta. —Bienvenidos— nos dice un hombre de traje gris y nos conduce a una mesa. Inmediatamente uno de los meseros se acerca a nosotros y nos entrega las cartas.

Adam apenas la mira. —Un filete a punto medio.

—Lo mismo para mí.

El joven se aleja en dirección a buscar nuestros pedidos. —Entonces— dice Adam colocando sus codos sobre la mesa e inclinándose un poco hacia mí. —Dime Emma. Dime todo lo que hay dentro de esa cabeza tuya y que te hace tan interesante.

Tentación [Ya en Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora