˗ˏˋ BFF ˎˊ˗ [Satzu]

Aterrizaje.

La pareja -no pareja- aterrizó en Osaka al mediodía en horario de Corea así como en el de Japón. Ahora sólo les tocaba esperar por su equipaje que tuvo que ir en un vuelo aparte, esto mientras comían algo después del viaje. Concretamente, Sana comía por haber salido sin desayunar de forma debida antes de su vuelo.

Tzuyu había dejado a la japonesa en un puesto de comida o eso suponía que era porque realmente entendía poco del japonés. Podía mantener una conversación decente con alguien originario del país del sol naciente, claro que sí esta misma no pasaba del típico "Hola, ¿Cómo estás?". Sana no había insistido en instruirle mucho del idioma porque según sus propias palabras, su mente era como una planta y echarle un chorrito de agua como lo era hablar otra lengua aparte del coreano y el mandarín, solo la deprimiría y moriría. Era una exageración por parte de su amiga, pero no podía evitar notar que había cierto deje de sobre protección detrás de sus palabras. Y justo como estaban las cosas ahora, se sentía cálido en su pecho al pensarlo.

El tono de llamada de su teléfono la saco de sus pensamientos y tal como lo habría previsto, el contacto nombrado "Mamá" aparecía en la pantalla de su teléfono. Tzuyu pensaba que había hecho bien en separarse un momento de su amiga para tomar un té helado mientras de daba el informe semanal sobre su vida a su madre. Chou Sunmi nunca decepcionaba en cuanto a lo oportuno de sus apariciones en la vida de su hija.

— Mande —respondió sin pensar Tzuyu y rápidamente se vio mordiéndose la lengua ante lo que había hecho—. Digo, hola madre.

— Si no fuera porque revise bien que este fuera tu perfil para llamarte, por tu respuesta creería que hablo con esa muchachita con la que te juntas.

El problema no era tanto las palabras que usaba su madre para referirse a Sana, sino que el tono que usaba en estas. Siempre haciéndola sentir como si se tratase de un regaño. Todo esto era la razón de querer un tiempo a solas cuando hablaba con su madre.

— Llame a tu departamento y nadie contestó, tu número al llamar aparece como fuera de servicio —excuso el motivo de su llamada a través de la app de mensajería—. Así que, ¿Dónde estás?

Si Tzuyu estuviera en frente de Sunmi ahora mismo, quizás hubiera notado el entrecejo arrugado en el rostro de la mayor y la inquietud de sus ojos al moverse, ambos siendo signos de preocupación.

— ¿Recuerdas que te dije que tomaría unas vacaciones?

— Déjame reformular mi pregunta, hija —un parpadeo fue necesario antes de que la Chou mayor volviera a hablar—, ¿Qué se supone que estas haciendo y por qué presiento que no tiene que ver con tu carrera?

— Mamá, escúchame un segundo —noto que sus palabras eran muy bruscas para la persona hacia la que se estaba dirigiendo, así que decidió suavizar el tono al final—. Por favor.

Un gruñido que en el idioma de Chou Sunmi era bueno y de aprobación, se escuchó y Tzuyu supo que iba por buen camino, era eso o ahora era su día de suerte.

— Continua.

— He tenido buenas calificaciones en lo que va del año y mis prácticas han sido vistas con buen ojo por mis encargados —empezó a enumerar lo que le podría escuchar a su madre —. Son las vacaciones a mitad de año que no he tomado en las dos últimas ocasiones. Y no sólo eso, le estoy haciendo un favor a una amiga al venir a Japón con ella.

— ¿Cuál amiga?

— Sana.

Un breve momento de silencio acompaño al suspiro que se escuchó al otro lado de la línea. Tzuyu sólo pudo morder su labio esperando a que su madre hablará.

— Si dices que le haces un favor a una a-mi-ga —Tzuyu miro de forma extrañada a su teléfono por la forma en que su madre resalto la última palabra—, está bien. Eso haces estando donde quiera que estés de Japón. Sólo quiero recordarte una cosa, Tzuyu.