Cásate conmigo (Omegaverso/GrimmIchi)

¡Cásate conmigo!

¡Feliz cumpleaños, Ichigo!

Un año más festejando a la fresa más salvaje y preciosa de todas y el eterno husbando de Grimmjow, el buen Ichigo. No podía fallarle, así que le escribí una historia bastante larga. Últimamente todos los one-shot me quedan demasiado extensos, así que prepárense, que esto es una cosa de 22 mil palabras, que les llevará mucho tiempo, pero espero disfruten mi regalo al lindo Ichi. Las advertencias son:

*AU/ Omegaverse moderno.

*Personajes bastante OoC.

*Exceso de fluff y romance, mucho, mucho romance (los quiero ver felices y ridículos)

*También mucho drama (porque también los quiero ver sufrir, para que se curen a besitos)

*Ichigo es un pastelito de chocolate adolescente que necesita amor.

*Grimmjow es demasiado bello, bobo y candente y un gran macho alfa.

*Ambos son unos idiotas adorables.

*Humor estúpido.

*¡¡Lemon explícito!! (lo de siempre)

*Lenguaje vulgar o grosero (poquito)

*Aparición estelar y muy pequeña del ShunUki (?) (para los que los extrañan)

*¡¡¡MPreg!!! (felicidad absoluta)

Espero que lo disfruten y por favor, lean las notas finales <3.

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"Finalmente entendí lo que significa el amor verdadero...el amor significa que te preocupas por la felicidad de la otra personas más que la tuya, sin importar cuán dolorosas sean las elecciones a las que tendrás que enfrentarte. Así que no temas, mi cielo, que yo te amaré con fuerza de ahora en adelante."

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Grimmjow J.

Creo que he pasado más tiempo solo del que debería, no es que no conviva con gente diario, pero al vivir solo y hacer mis cosas día tras día cierta soledad se ha instaurado en mí. No de mala manera, de hecho, la disfruto bastante, la cosa es que a menudo pasar tanto tiempo en silencio me permite divagar con más facilidad sobre mi vida. Justo cómo ahora.

Esta noche una pequeña tormenta se ha desatado mientras trabajo. Aunque no sé si se le puede llamar trabajo a estar sentado en un banco, fumando un cigarrillo y bebiendo una cerveza fría mientras veo las gotas de lluvia empapar la acera y mucho más al fondo, agitar el gran mar.

Sé que por la hora y el clima es probable que ya nadie venga a mi local, pero aún así permanezco mirando las virutas de humo del cigarrillo en mis labios volar al cielo mientras pienso que será un jodido fastidio volver a casa. Soy el dueño y único empleado de un local callejero de comida en un pequeño pueblo costero y algo olvidado en Hokkaido.

Estoy seguro de que antes de vender comida en un pueblo en un lugar pérdido de Japón hacia algo más, pero ha pasado ya tanto tiempo que no lo recuerdo del todo. Y ya que es problemático pensar en ello mejor estiro mis pies afuera del techo sintiendo cómo se empapan debido a que sólo traigo unas sandalias.