Constante negación.

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Automáticamente después de ver ese apasionado beso, me limpié las lágrimas que cayeron sobre mis mejillas en la ropa del Miguel, específicamente en su hombro. Luego de eso, tomé su cara y cerré los ojos, sin mucho entusiasmo le di un beso, no era nada nuevo ya que ya nos habíamos besado antes, nada interesante. Obviamente Miguel me correspondió el beso, pero yo intentaba no pensar en que estaba besando a otra persona que no fuera la Maca. Me repetía a mi misma que así estaba bien, que de hecho, era imposible que ella me gustara.

Negué repetidamente esa posibilidad en cuanto pude articularla en mi mente. Era imposible, a mi me gustaban los hombres, y me sentía atraída por el Miguel, por algo nos estábamos besando. Me convencí de que no me importaba si la Maca se besaba con Jacinta o con quien quisiera, era su vida, y a mí no me afectaba en nada, sólo que ella fuese feliz. Pero lo que estaba pasando en mi mente era algo que simplemente no podía controlar del todo, venían imágenes a mí que no eran necesariamente lo que realmente estaba pasando. Imágenes mías y de la Maca besándonos provocaban que mi boca intensificaran aún más el beso con Miguel, pero ese era el problema quizás, no estaba besando a la Maca.

Abrí los ojos una vez en medio del beso con Miguel, y noté que la Maca seguía besándose con la Jacinta, y logré divisar como la Jacinta me tiró una de sus fulminantes miradas. Su mirada me gritó muchas cosas, como por ejemplo de que ella estaba ganando, y que lo estaba disfrutando, le devolví la mirada, pero no sé realmente qué quise decir con eso. ¿Realmente me importaba si ella estaba ganando? ¿Ganándose a la Maca? Pero si ella era solamente mi amiga, ¿por qué tengo que pensar todas estas cosas?. Negaba constantemente todos esos pensamientos intrusivos, hasta que volví a abrir los ojos y el escenario era distinto.

La cara de la Maca ahora estaba hacia mi dirección. No entendía por qué tenía que estar tanto rato ahí con la Jacinta besándose. Ella abrió los ojos y me miró, pero fueron milisegundos de sus ojos abiertos los que me brindó, no sé si me habrá dicho algo con la mirada, pero nunca la  había visto, era intensa, era cruel, hermosa. Los volvió a cerrar rápidamente mientras seguía jugando con la boca de la Javiera, o sea, Jacinta, la misma wea. Me perdí unos segundos más en mi beso con Miguel, y paré. Él me miró bastante emocionado y confundido.

Miguel: Wow, eso no me lo esperaba Rubí, eso fue...intenso...

Rubí: Lo sé, quise hacerlo, supongo que no hay ningún problema cierto?

Miguel: Para nada...eso quiere decir que quieres pololear conmigo?

Mierda, había olvidado por completo que el Miguel me había preguntado eso hace días atrás y yo simplemente evitaba el tema cada vez que podía, pero ahora que nos besamos, sentí que me comprometí más sin querer. No fui capaz de articular palabra alguna, sólo lo miraba sorprendida, cómo si realmente me lo estuviera planteando, o quizás si sería buena idea darle una oportunidad. Quizás realmente se la quiere jugar por mi.

Sin embargo, el escenario cambió otra vez cuando miré hacia donde estaban la Maca y la Jacinta, y para mi sorpresa, ya no estaban. Mi corazón sintió una punzada y las busqué desesperadamente con la mirada, hasta que las encontré. No supe qué pensar sobre lo que estaba viendo, recién estaban besándose como si estuvieran completamente enamoradas, pero ahora vi a Maca completamente ida intentando zafarse de la Jacinta, veía como negaba repetidamente, y vi como Jacinta agarraba su brazo para suplicarle algo, me tensé completamente y quise ir a intervenir.

Rubí: Sorry Miguel, no tengo tiempo para eso, tengo que irme.

Y me fui de su lado, caminé rápidamente hacia donde se encontraba la Maca,  sentía mi corazón latir mas fuerte a medida que me acercaba mas, y en mi imaginación las posibilidades eran infinitas sobre lo que había pasado entre ellas dos mientras se estaban besando. Mi cuerpo entero estaba ardiendo, sentía enojo, rabia, pena, confusión, de todo. No quería ni imaginarme que la Jacinta le haya hecho algo malo a la Maca, a mi amiga. Pero era mucho más que eso, y era imposible que lo fuera, pero ahí estaba, y yo lo estaba negando, o ignorando, quizás ambas.

Si tan sólo me atreviera.(PAUSADO AUTORA EMOCIONALMENTE INESTABLE)Where stories live. Discover now