The best chaos. -Kurt Cobain-.

CAPITULO 17

1991

Levante mi vista encontrandome la mirada del hombre puesta en mi, hice una mueca de disgusto y voltee a ver a Sarah, la cual estaba muy metida en sus pensamientos que ni siquiera noto que su tio me estaba mirando de forma indebida.
Me sentia demasiado intimidada ante su mirada, no podia decir ni una sola palabra, la mirada de aquel calvo me ponia de las puntas el cabello.

--------Si firman aquí ya estaran adentro --- Habla sin quitarme su vista asquerosa de encima.

Sarah me miro con una suplica en sus ojos y bufé, no podia hacerle esto a ella, sabia lo mucho que habia sacrificado para que lleguemos hasta aquí juntas. Entonces solo me trague todo esto y sonreí forzadamente tomando entre mis manos temblorosas el boligrafo azul y comenzando a firmar aquel papel lleno de letras que no me importaban.

Jennie Becker.

Cuando termine de firmar le extendí el papel a Sarah y ella tambien firmo con su nombre y apellido. Al terminar se lo dio a su asqueroso tio.

-------Muy bien, ya son parte del negocio familiar --- Sonrio cinicamente mientras volvia a mirarme.

Sonreí algo incomoda y me levante dispuesta a largarme de ahí junto con Sarah. Temia demasiado de los hombres en estos tiempos, ultimamente leí en periodicos muchos casos de abusos por hombres hacia mujeres, lo cual me aterraba bastante ahora mismo, temia por mi bienestar, pero no queria que Sarah se sienta mal al enterarse que su tio es nomas un completo asqueroso con las mujeres, o al menos conmigo lo fue. Espero que a ninguna otra más le haya pasado esto con el.

--------¿No es raro? --- Hablé ya una vez lejos de aquella tienda de discos.

Volteó a verme con su entrecejo fruncido.

-------Tu tio --- Dije y apreté mis labios algo avergonzada.

-------Oh. --- Solto una pequeña risa.
-------Si es raro, aunque mucho no lo conozco --- Se encoge de hombros.
-------Este es un buen comienzo para llevarme más con mi familia paterna.

Al decir esto me abrazó por los hombros y seguimos caminando por las calles de Seattle hasta encontrar nuestra casa.
Reí nerviosa ante su comentario y senti un gran nudo en mi garganta.
Al llegar me tome una ducha para despejarme un poco, no dejaba de pensar en aquel anciano asqueroso, me perturbaba demasiado, pero bueno, es algo que voy a tener que dejar pasar, quizas fue hoy nomas y jamas volvera a ser igual.

¿Quien sabe?