ℂ𝕒𝕡. 𝟟

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Langa trataba de controlar sus feromonas, iba en el taxi pero se fue a su departamento en vez de la preparatoria.

Subió corriendo las escaleras y al llegar, tiró lejos su mochila y entró al baño, se dió un baño de agua helada pero aún se sentía caliente, no tuvo otra opción que masturbarse mientras olía su ropa que aún tenían las feromonas de Reki.

- Tonto omega, mira lo que me hiciste hacer - dijo avergonzado.

Después de eso, logró calmarse y se quedó dormido en el sofá mientras veía una película.

...

- ¡Langa! ¡Despierta! No duermas ahí o te puedes enfermar - Nanako había llegado del hospital, los días que no tenía turno, trabajaba de forma independiente, cómo cuidar a las tías de Ainosuke.

- Hola mamá, bienvenida... Hoy tuve un día un tanto agitado - Langa se sonrojó al recordar todo lo ocurrido.

- Aunque haya sido agitado, no puedes dormirte sin abrigarte antes, incluso si es después de un baño - le dijo su madre.

- Si, tienes razón... ¿Te ayudo con la cena? - preguntó Langa.

- Podrías lavar los vegetales y rebanarlos mientras tanto - le dijo Nanako.

- Ok - Langa se colocó el delantal de cocina.

- Hijo lavaré ropa ¿Tienes algo más sucio? - preguntó Nanako quién iba con un canasto.

- Ah si, dejé unas tiradas en el baño, disculpa no las dejé dónde correspondían - se disculpó Langa.

Nanako llegó al baño y al tomar la ropa de su hijo, le llamó la atención el aroma de éstas, tenían un fuerte olor a feromona omega, el mismo aroma que Langa tenía hace días y por alguna extraña razón le eran familiar.

Salió del baño en dirección hacia Langa.

- Hijo... Tú ropa está impregnada de feromonas de un omega - dijo Nanako curiosa.

- Oh... - Langa se contó lo ocurrido mientras rebanaba los vegetales (omitiendo la última parte claramente)

Nanako quedó pensando, mientras golpeaba su labio con el dedo índice y miraba hacía el techo, hasta de pronto su rostro cambió.

- ¡Ah! Ya me acordé dónde olí éstas feromonas - dijo Nanako dando un pequeño aplauso.

- ¿Ah? ¿Acaso conoces a Reki? - Preguntó Langa extrañado.

- ¿Reki? Si... Creo que así se llamaba - dijo Nanako.

- ¿Y cómo lo conoces? - preguntó ahora curioso.

Nanako dejó de lado la ropa y se sentó en el sofá, Langa la siguió

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Nanako dejó de lado la ropa y se sentó en el sofá, Langa la siguió.

- Yo me tuve que venir a Japón unas semanas antes para realizar todos los papeleos necesarios, ya sabes, dónde viviríamos, mi trabajo y su preparatoria... Un día volvía tarde del hospital en mi auto y vi a un grupo de hombres atacando a un muchacho y a una muchacha, eran alrededor de cuatro sujetos, yo aceleré y dejé mi auto cerca de ellos, los apunte con las luces altas y bajé del auto, dije que había llamado a la policía mostrando mi celular y que estarían ahí en unos segundos, los cuatro sujetos se fueron corriendo y fui inmediatamente a ayudar a los muchachos, al parecer estaban acosando a su hermana pequeña y él la defendió, pero no tenía fuerzas y no podía pelear bien, sólo intentó confundir a los sujetos con sus feromonas pero los sujetos eran betas, por lo que sus feromonas no funcionaron - contó Nanako.

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