Capítulo Único•

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N/A:Los personajes no son de mi autoría, son de la novela Colombia "Yo soy Betty la fea". Los derechos correspondientes son de RCN y Fernando Gaitán.
También quiero aclarar que lo que van leer a continuación contiene omegaverse, y algunas partes de la historia no serán como la original. Aclarado todo comencemos.

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Beatriz Pinzón Solano, una economista muy bien preparada, todos aquellos que veían su currículum quedaban fascinados, pero por su falta de, cómo decirlo.. ella era poco agraciada, siempre llevaba peinada con un capul, unos grandes lentes rojos, brackets, y su típica ropa holgada.

Afortunadamente había sido contratada en Ecomoda,–una empresa de moda muy reconocida– como la asistente del presidente de la empresa, Armando Mendoza, un Alfa muy guapo y codiciado.

Pasado un tiempo ella se volvió su mano derecha, amiga y confidente, era tanta la confianza entre ellos, que cuando Armando se dio cuenta de que la empresa había fracasado en dos de sus colecciones, y los bancos querían embargar Ecomoda, decidió pedir un préstamo, y para eso convenció a Betty de crear una empresa clandestina llamada Terramoda, ella que ya había caído en los encantos del Alfa, lo hizo sin rechistar, aunque había dudado al principio, Armando le había convencido de maquillar los balances de la empresa, y ella claramente aceptó.

Luego de un tiempo de estar manejando Terramoda, sentía que no podía sola, así que decidió contratar a su fiel amigo, Nicolás Mora, como Gerente de Terramoda, estaba fingiendo que Nicolás era su novio, lo que claramente todos le creyeron, recientemente con el dinero de Terramoda, se había comprado un Mercedes. Ese mismo día, había llegado en ese carro, con su amigo.

Ahora mismo ella estaba haciendo el balance de la empresa, cuando de pronto percibió el aroma de un Alfa, sintió claramente el olor a: romero, whisky y menta, reconocería ese olor donde fuera, era Daniel Valencia, con su aroma presente que claramente la confundía y mucho más ahora que estaba en su ciclo de celo.

—Doctora Pinzón, que gusto verla —pronunció Daniel con sarcasmo, mientras dejaba su maletín en uno de los estantes y luego se sentaba en la silla de enfrente.

Beatriz salió de su ensoñación.

—Buenas tardes, Doctor Valencia —dijo— ¿Cuál es el motivo de su visita?

—Lo que pasa es que quería ver como iba el balance y si me lo podía prestar —respondió con un tono que no reconoció.

—Claro que se le puedo dar, pero tendría que tener permiso del Doctor Mendoza. —dijo con cierto nerviosismo.

—¿Qué?... ¡Yo no tengo porqué pedirle permiso a ese idiota! —grito claramente enojado— le recuerdo que está también es mi empresa, así que tengo derecho a tener la información que quiera —dijo claramente irritado— asi que deme el balance.

—En serio lo siento, Doctor Valencia, pero no puedo, tiene que tener el permiso del Doctor Mendoza —musitó— voy a llamarlo, para ver si le da el permiso —pronunció Betty mientras cogía el teléfono, pero se vio interrumpida por la mano de Daniel.

—Esta bien, ya no le pediré el balance, pero no llame a ese idiota —espetó claramente frustrado, volviendo a sentarse.

—Bueno... —pronuncio algo desconcertada, había sentido el tacto de la piel del Doctor Valencia, y le había gustado— Si no necesita otra cosa, puede retirarse, que tengo trabajo que hacer —exclamó mientras volvía su atención ala computadora.

Daniel se quedó unos minutos pensativo, hasta que reaccionó, y decidió pregúntarle algo.

—Por cierto, Beatriz, tengo entendido que ese carro en el que vino, es de.. ¿Su novio? —pregunto algo intrigado.

ꜱᴏʟᴏ ᴍɪᴀ » ᴅᴀɴɪᴇʟ x ʙᴇᴛᴛʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora