OneShots - Personajes de anime x lectora.

Suna Rintarō

Título: "¿Qué soy para ti?"

Canción del capítulo: "Happier Than Ever" de Billie Eilish.

(Recomiendo escuchar la canción antes de leer el capítulo para una mejor experiencia 🥰):

Advertencias: Contenido +18.
• Sexo explícito.
• Relación tóxica.
• ETC...

Recordatorio:
ESTO ES SOLO FICCIÓN. No avalo ni promuevo, mucho menos romantizo, este tipo de relaciones y comportamientos en la vida real; esto es meramente parte de esta sección de mi contenido creativo.

(Si puedes leer la nota de autora al final te lo agradecería mucho❤️)

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______'s pov

*13 de agosto del 2019*

El blanco de mis zapatillas ya no existía de lo manchadas que estaban. El barro las había salpicado por completo, pero no me importaba pisar los cúmulos de agua sucia que había en el suelo mientras corría.

Debía llegar lo antes posible.
¿Qué si le pasa algo? ¿Y si ya está herido?

Joder.

Llovía de forma torrencial, el cielo parecía caerse. Las nubes negras se mezclaban con la profundidad de la noche y una espesa neblina comenzaba a difuminar la calle.

Mi pijama corto de dos piezas estaba pegado a mi cuerpo, empapado por completo. Seguro me enfermaría después de esto, pero no importaba ahora.

Nada me importaba más que él en este momento.

Dí la vuelta en la esquina pertinente para llegar a la calle que me había indicado a duras penas por teléfono y ahí lo ví, apenas sentado en la acera, apoyado contra un poste de luz mientras la motocicleta yacía acostada en el suelo a su lado.

Apuré el paso y me lancé de rodillas a su lado.

-¡Suna! Mierda, ¿Qué pasó?

Me miró desde su posición y levantó la mano izquierda hasta mi mejilla para acariciarla mientras sonreía débilmente.

-¿Qué haces aquí así vestida, _____? Te resfriarás.

Su voz sonaba tambaleante, torpe, al igual que sus gestos. Estaba ebrio.

-Joder, Rintarō, tú me llamaste...-Saqué su mano de mi rostro para poder quitarme el exceso de agua de los ojos. Por suerte la lluvia había mermado un poco.- ¿Has volcado, verdad? Eres un idiota.

Me contuve, pues no estaba en condiciones de procesar ningún regaño y lo cierto es que quería llegar a casa lo antes posible.

»¿Estás herido?-él negó como pudo.-¿Puedes caminar?

-Sippppp.

Suspiré. Gracias a Dios.

-Entonces venga, de pie.

Lo ayudé a pararse y, cuando lo hizo, me abrazó por los hombros, escondiendo su rostro en mi cuello.

-¿Qué cosa tan buena habré hecho en mi vida anterior como para merecerte en esta? No sé porqué te quedas a mi lado, pero gracias.