Capítulo 1

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—Ven y agárrame, antes de que mate a esa perra. —Jaemin Na salió furioso de la tienda de ropa, mientras lágrimas enojadas se reunían en sus ojos.

—¿A quién vas a matar? — Preguntó Haechan. No parecía sorprendido por sus palabras.

—Solo ven a buscarme. —Caminó una manzana para poner distancia entre él y su jefa. Lo habría hecho. Si no hubiese salido, podría haber envuelto sus dedos alrededor de su garganta, estrangulándola y quitándole el aire de sus pulmones.

—Estoy en camino, pero dime que pasó. —Dijo su mejor amigo.

—Sabes que he estado teniendo problemas con Sarah. —Sacó su paquete de cigarrillos de su bolsillo delantero y encendió uno. Inhaló profundamente, esperando que la nicotina lo relajara lo suficiente como para no volver a Clothes Posh y cometer un asesinato.

—¿Qué hizo tu jefa esta vez?

—Ni siquiera fumé antes de entrar al trabajo, y tan pronto como entré, ella agitó su mano delante de su nariz y dijo que no podía tenerme trabajando allí con ese olor flotando alrededor de los clientes. —Se volvió y observo la tienda. —Dijo que no podía trabajar hoy, y que tendría que escribirme una nota, y escucha esto. ¡Ella quería dejar constancia de la reprimenda por escrito!

Eso era la gota que derramo el vaso. Desde que había empezado a trabajar allí, uno de sus compañeros de trabajo, Jane, había ido a por él. Era una mujer mayor con una opinión negativa sobre todo.

Una vez le había dicho, que se encontraba en un trabajo sin futuro y que necesitaba hacer algo más con su vida. Pero Jane también trabajaba allí. Entonces, ¿eso no significa que ella también trabajaba en un trabajo sin futuro? Pero seguía corriendo hacia Sarah, quejándose de todo. Dado que Jane había estado en Clothes Posh durante seis años y él había empezado allí hace dos meses, al parecer su palabra era de oro.

Todavía no entendía lo que le había hecho. Se aseguraba de siempre estar de buen humor cuando entraba en el trabajo, incluso cuando tenía ganas de enseñarle el dedo a todos en su lugar sonreía.

—¿Te hizo salir porque olías a cigarrillos? —Haechan finalmente sonó sorprendido. —Nunca he oído hablar de nadie haciendo eso. Sin embargo, te lo he estado diciendo desde que empezaste con ese desagradable hábito, que necesitas dejar de fumar.

—¿En serio? ¿Vas a darme un sermón cuando estoy teniendo una crisis? — Se dirigió hacia la taberna local, la necesidad de ahogar sus penas le provocaba sed. —Ese viejo murciélago no debería estar trabajando allí. No puede armar un atuendo aun si su vida dependiera de ello. Quiero decir, vamos, estamos hablando de una tienda de segunda mano. Puedo entender que Sarah y Jane sean exigente sobre que no fume, en alguna tienda de ropa de gama alta. ¿Pero en una de segunda mano?

Llegó al bar, justo cuando Haechan se detuvo en la acera junto a él. El neumático delantero del lado del pasajero golpeó el bordillo, rodó sobre el, y luego aterrizó en el suelo, mientras Haechan tocaba la bocina y señalaba el asiento del pasajero. —Trae tu culo aquí. No te vas a emborrachar. Son las diez de la mañana. —Dijo Haechan al teléfono.

Después de colgar, se metió en el Honda Fit rojo de su mejor amigo. El idiota tenía valor para comprar las cubiertas de los asiento de un rosado difuso al coche, pero tenía que admitir, en tiempos fríos, eran cálidos y cómodos.

—Solo renuncia. —Haechan se apartó de la acera.

—Tú puedes decir eso. —Discutió. —Tienes dinero en el banco. No puedo darme el lujo de estar desempleado.

—Te dije que te prestaría, si alguna vez necesitabas dinero. —Haechan tomó la esquina demasiado rápido, sus neumáticos chirriando. Se agarró del cinturón de seguridad, estrangulándolo, mientras apretaba los dientes.

Jeno (Nomin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora