Dos corazones destrozados en esa mañana donde el amor debía ser el único protagonista, y lo era sin duda, pero no de la forma adecuada.
Una carrera contra el tiempo comenzaba, el silencio reinaba entre las dos, se miraban de reojo, pero no existía una respuesta. Montserrat organizó todo en tiempo récord, el vuelo a mitad de la fría mañana sería el primer choque para entender que Daniella no necesitaba que la protegiera desde la distancia, la requería por completo.
Una vez más el puesto de la ventana le correspondía a joven, los motores encendieron y el cuerpo de la joven tembló, Montse no perdía detalle, moría por abrazarla. La aeronave comenzó a moverse en pista, la respiración de ambas se agitaba y en un impulso incontrolable la castaña tomó su mano.
- No haga eso "patrona" - susurro retirando su mano
- Daniella sé que quizá me odias, pero...
- ¡No señora Carvajal! - interrumpió mirándola fijamente - no podría odiarla nunca, cada uno ofrece lo que guarda su corazón, pero ya veo que en el suyo solo hay crueldad.
La sangre de Montse se heló, aquellas palabras fueron con un puñal a su alma, pero nada comparado al ver esas lágrimas de dolor y miedo recorrer el rostro de la mujer por la que se estaba muriendo; Daniella observaba a través de la ventana, cerraba fuerte los ojos ante una turbulencia y como toda una guerrera no se dejó caer ni un instante más.
Al llegar al pueblo la camioneta las esperaba, algunas horas de camino aguardaban por ellas, pero las palabras no existían, Dani la detallaba de vez en cuando, sabía que iba sufriendo al no saber cómo estaba Don Rubén y en un acto de amor total tocó su pierna dejando un suave apretón, la mirada de Montse enseguida la alcanzó, no lo podía creer, pero rápidamente regresó a la realidad que ella misma había creado.
La joven retiró su mano, cruzó los brazos y durante el trayecto restante solo observó el camino; al estacionar, la castaña bajó a toda velocidad, corrió dentro de la casa sin importar nada más, abrió de par en par la puerta de la habitación de ese caballero que no dejaba de toser aun en su profundo sueño.
- ¡Papá! ¡Papá! - se arrodilló a su lado - ¿Qué carajos pasó? - le gritó al enfermero encargado.
- Ayer estuvo muy bien y hoy simplemente no lo sé - respondió asustado el joven - le juro patrona que no sé.
- ¡Eres un inútil! - gritó nuevamente - ¿Y el médico?
- El médico no quiere venir patrona, pero ya contacté a alguien más - respondió Daniella a su espalda - por favor salgan todos que lo examinaré mientras llega la especialista.
- No, yo de aquí no me muevo - refutó Montse tomando la mano de papá.
En una seña el enfermero salió, Daniella tomó los signos vitales, reguló el oxígeno que para su sorpresa tenía la válvula alterada, era un signo evidente de manipulación, pero prefirió callar hasta tener el dictamen de esa profesional que esperaba, la misma que sería motivo de discordia y plenitud.
- Tiene menos tos ¿Qué está pasando Dani? - cuestionó Montse mirando como le colocaba la mascarilla - además ¿Cómo que contactaste a alguien más?
- Una doctora del pueblo vecino, es de las mejores en la región, ella y su esposa...
- ¿Que? ¿Cómo carajo que ella y su esposa? - dijo agitada interrumpiéndola, olvidándose de todo - ¿de dónde la conoce Daniella? ¿Por qué yo no sabía nada? ¿Cómo se llama? ¿Por qué viene a penas la llamas? ¡Contesta!
ESTÁS LEYENDO
𝙀𝙉𝙁𝙐𝙍𝙀𝘾𝙄𝘿𝘼 ♀♀
Romanceᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏs ᴇɴ ᴇᴅɪᴄɪóɴ Solo quien enfrentó al dolor cara a cara será capaz de entregarse sin medidas a un amor distinto y desconocido donde el temor será la fuerza de un sentimiento desmedido. Luego de enviudar tres veces en extrañas circunstancias, l...