➳ Capítulo 6.

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...

—Me parece que ya lo entiendo. —suspiró, dejando de lado todos los cuadernos y libros con un gesto lleno de desprecio—. Puedes concentrarte en lo tuyo, Yeojin.
—¿Estás segura? Sabes que no tengo problema en ayudarte con las ciencias. Te explicaré el punto siguiente —se ofreció la chica de cabellera corta, pasando las páginas del libro que, solo con su extensión, hacía agonizar a Nozomi.

—¡No! De verdad, puedo yo sola. Iré a la biblioteca.

Se levantó de su asiento y vistió con pesadez una fina chaqueta, agarró sus cosas de ciencias, entre otras, y las metió en la mochila. Se despidió de Yeojin con la mano y salió del cuarto.

A pesar de que la compañía de su amiga era cómoda, buscaba la soledad a la hora de estudiar, en una mesa vacía y despejada. Estar rodeada de libros le recordaba al otoño, era un ambiente que le gustaba, y prefería de sobre manera no tener a nadie al lado, pues cualquier presencia podía llegar a ser una distracción.

La biblioteca estaba en la parte más alejada del campus, algo incómodo para ella. Buscaba sus auriculares en la mochila cuando, de repente, una oleada de viento removió su flequillo oscuro y alteró sus cabellos.

—¿Por qué hace tanto frío? No debería de ser así, estamos a finales de Marzo, maldito tiempo. —se quejó en susurros para sí misma.
—Es casi tan bipolar como tú.



El tono cálido de su voz impactando contra la piel descubierta de su cuello envió un escalofrío al cuerpo de Nozomi, que se estremeció antes de girarse.

"¿Por qué siempre aparecen detrás mía?" se cuestionó.

—Yo no soy bipolar.
—¿No? Bueno, llevo un rato detrás tuya y parecías muy feliz. Tarareabas alguna canción a pesar de no llevar auriculares y tu forma de andar te delataba.

—Para empezar, la bipolaridad no funciona así, pero veo a dónde quieres llegar.
—¿Me estás dando la razón?
—No, porque te deja en peor lugar el haber dicho que llevas un rato detrás mía. ¿Me seguías? ¿Me acosabas? ¿Eres un acosador? —golpeó su pecho con el dedo índice, frunciendo él los labios para reprimir una sonrisa.
—¿Acaso este camino es solo tuyo y no puedo coincidir en él contigo?
—No.
—Se nota que te niegas a aceptar tu bipolaridad. Eres un poco terca.
—Lo soy. —sonrió orgullosa.

Sunghoon dejó de ocultar su sonrisa burlona y siguieron caminando en un cómodo silencio, hasta que se encontraron frente a la puerta de la gran biblioteca que poseía su institución.
Le dieron sus datos a la bibliotecaria, pues era algo que siempre tenían que hacer por seguridad. Los estudiantes podían coger prestados libros y demás, pero siempre estando identificados, evitando que entraran personas que no eran estudiantes y robaran con facilidad.

Ambos se sentaron juntos en una mesa al fondo del todo, para evitar ser molestados y disfrutar de su compañía en silencio.

Por muy extraño que pareciera, a pesar de que odiaba estudiar acompañada porque afectaba a su concentración, con él era diferente.
Con él era como estar con alguien y no estar con nadie a la vez.
Con él era como mantenerse con sus manos unidas aunque ni siquiera se tocaran, pero en paz.

—Ah... —hizo una mueca de disgusto cuando abrió, de nuevo, las páginas que le quedaban por estudiar de su libro de ciencias.
—¿Qué sucede?

𝐏𝐈𝐀𝐍𝐎 | Park Sunghoon | RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora