Capítulo 7

3 0 0
                                    

Reposé las palmas contra mis rodillas e intenté recuperar el aliento, limpié el sudor de mi frente con mi brazo, decir que estaba frustrada era poco. Comenzaba a odiar a aquel rubio con toda mi oscura y sombría alma.

A mí alrededor, la refrescante brisa arropaba mi piel y hacía volar fuera de mi coleta algunos mechones, claro que, ni aún estando en un campo tan abierto, lograba conseguir disipar el sudor que me recorría de pies a cabeza.

Tenía que estar en forma antes de entrar al instituto en una semana, decían todos. Yo no entendía cómo aquello podría ser posible en tan poco tiempo.

¿Cómo podría hacer aparecer unas habilidades de las que había carecido toda la vida?

Esa era la cuestión, y por lo visto, solo Lout mi entrenador, y yo, parecíamos hacernos esa pregunta.

Le había dado ya algunas treinta vueltas al área, hice flexiones, sentadillas, abdominales, zancadas, y tantos ejercicios que sinceramente no entendía cómo no estaba en una silla de ruedas camino a casa a estas alturas. Posiblemente mañana si me deberán trasladar en una, pero a Lout no parece importarle.

—Cuarenta más. –Dijo el aludido, sin absoluta piedad. Jodido tirano.

A mí lado, Marcus comenzando obedientemente. A él no parecía costarle nada, y no estaba segura si aquello se debía a su aptitud de atleta, o en sí a ser un Ray, quizás desde un principio la primera siempre fue a causa de lo segundo.

—¡Ánimo, moco! Ya nos falta poco. –Ahora mismo dudaba que fuesemos de la misma familia.

Procedí a hacer lo que me pedían, murmurando quejas sabiendo que podían escucharme perfectamente.

Siquiera conocía el nombre del ejercicio, consistía en flexionarme alternando de pierna base y luego dando un salto. Astronómicamente cansón.  

—No entiendo qué tiene que ver el ejercicio con poder mover cosas con la mente. –Les confesé entre un jadeo y otro.

—Tanto tu cuerpo como tú mente requieren estar en buen estado físico. –Comenzó Lout. —Somos un único sistema cuerpo-mente, uno es tan vital como el otro.

Marcus se detuvo, ya habiendo terminado su serie, y se arrojó a la grava. —Imagina la lavadora de casa, ¿recuerdas que cuando tuvo un problema con la parte eléctrica, la mecánica tampoco pudo funcionar?

Balbuceé una afirmación, completamente sin aliento y mis piernas doliendo como si estuviesen rebanando mis músculos.

Le dió un trago a su botella de agua, a penas sudaba. —Bueno, es lo mismo, ambas partes tienen que estar en perfecto estado para que la máquina pueda funcionar y lavar la ropa. Si una de las dos tiene un desperfecto, olvidalo.

Asentí, ya por culminar e incapaz de pronunciar palabra.

—Gran ejemplo. –Lout le arrojó una toalla, como si la necesitase.  —Pasado mañana comenzaremos con lo verdaderamente difícil, despertar tu control mental sobre tus habilidades.

Me preguntaba si mi entrenador era el más motivador que pudieron pagar.

Terminé mi ronda, desplomándome al suelo a su lado, las frías hiervas reconfortandome. Me pasó la botella. —No tomes demasiada o te dolerá la panza. –Advirtió Marcus, a lo que yo me la empinaba.

—Ha sido suficiente por hoy. –Anunció Lout, y casi pude escuchar campanadas de victoria tras su voz. —Lo has hecho muy bien para ser el primer día, Alessandra. Ya verás que cada vez te será más fácil seguir el ritmo.

Miré al rubio y fornido hombre. Debía tener algunos cuarenta, aunque su musculatura era impresionante. —Gracias, eso espero. –Sonreí a labios sellados, prefiriendo omitir que casi vomitaba mis pulmones unos metros más atrás.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Oct 28, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

RAY - Entre dos mundosWhere stories live. Discover now