Narra Amity
Me miré al espejo y cogí un mechón de pelo. Las raíces ya se me notaban en exceso y mi madre me había dado a entender que era hora de tintármelo de nuevo. Ella nunca había aceptado que yo tuviera el color de pelo de mi padre por lo que me obligaba a tintármelo de verde para parecerme más a ella y a mis hermanos. Sin embargo, a mí me gustaría probar distintos colores o volver a mi color natural.
-¿Qué pasaría si pruebo otro color?- Les pregunté a mis hermanos que estaban los dos en mi habitación.
-¿Lo dices en serio manoplas?- Dijo no muy seguro Edric.- Llevas toda la vida tintándote de verde. Además, madre se va a enfadar mucho si...
-Me da igual lo que piense madre.- Hablé con firmeza.- Es mi cuerpo y yo con él hago lo que me da la gana. Si no le gusta, que se aguante.- Dije dejándolos a ambos un poco sorprendidos.
Desde que había conocido a luz, mi actitud estaba cambiando mucho. Me iba enfrentado poco a poco a mi madre cosa que sabía que la enfadaba. Había seguido tomando mis clases diarias con a señorita Lilith sin importar que ella me lo hubiera prohibido y estaba dispuesta a conseguir mi taliamigo cuando fuera el momento. Le gustase a mi madre o no.
-Así se habla manoplas.- Sonrió con orgullo mi hermana poniendo sus manos en mis hombros.- Entonces, ¿qué color probamos?- Preguntó haciendo aparecer varias botellitas frente a mí.
-Creo que este.- Dije cogiendo una de ellas con una sonrisa.
Mis hermanos siempre habían sido los que me habían ayudado a tintarme el pelo. Cuando era pequeña no quería hacerlo porque no entendía porque me obligaban. Para ayudarme a pasar por eso, mi hermana comenzó a hacerlo. Al poco Ed se unió a nosotras aunque solo se encargaba de dar sus opiniones y de discutir con Em.
-Manoplas, queríamos hacerte una pregunta.- Dijo Ed mientras que mi hermana aplicaba el tinte.
-Adelante.- Dije pensado que sería alguna tontería.
-No te enfades con nosotros por esto Amy.- Me pidió mi hermana apretando mi hombro.
-¿Por qué me iba a enfadar...?
-¿Has conocido a alguien?- Me preguntó Enric sin dejarme acabar la pregunta.
Eso me dejó un poco desconcertada, ¿cómo se habían dado cuenta? Había sido muy cuidadosa de no dejar ninguna pista sobre mis encuentros con Luz.
-Amity, no te enfades pero era muy obvia.- Rió mi hermana al ver como mi cabeza trabajaba a toda velocidad.- Te quedas pensando en vete tú a saber que y cuando te preguntamos te pones roja.
-Además, estás más feliz de lo que te hemos visto en la vida.- Añadió Edric guiñándome un ojo.- Si no quieres contarnos quién es, no nos lo cuentes.
-Pero queremos saber si alguien ha entrado al corazón de nuestra hermana.- Dijo Emira sin dejar de trabajar en mi cabello.
Quería contárselo, quería hablarles de Luz. Quería contarles que no todos los humanos eran malos. Querías hablarles de la maravillosa persona que había conocido. Que supieran todo el bien que me estaba haciendo sin que se diera cuenta. Quería decirles que me estaba enamorando se ella y que me daba miedo fastidiarlo todo. Pero era muy pronto para decirles que la persona que me provocaba esas sonrisas era una humana. Lo último que quería era poner el peligro a Luz.
-Está bien.- Suspiré con una sonrisa.- He conocido a alguien, a una chica. Nos conocimos por casualidad en la biblioteca y empezamos ha hablar. Nos vemos casi todos los días. Es una persona muy... es increíble.- Dije notando como se me subían los colores.- Es súper divertida, cariñosa, valiente y me hace mucho bien.
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Dos Mundos
FanfictionLuz Noceda, de 22 años, es la princesa heredera de Lucan, uno de los reinos del Mundo Humano. A pesar de tener que convertirse en la reina en algún momento, no le gusta desempeñar las tareas propias de una princesa. Lleva entrenándose toda la vida c...