Jardín Demoniaco

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Mi cuerpo se sentía un entumido, el hormigueo estaba debilitando mi agarre y me sentía mareada así que no tuve más opción que recitar un cántico buda para aumentar mis habilidades, ya no importaba que el olor de esas flores me afectaran, me aseguraría de encontrar la forma de acabar con ese demonio.

T/n.-Tengo que salir de aquí.
Demonio.-Tu no vas a ir a ningún lado, tu cuerpo terminará débil por el veneno de las espinas y terminarás cayendo en el ácido de mi planta carnívora, será un buen festín para mi y para el bosque, así crecerá cada vez más hermoso.-explicó con ojos brillantes.
T/n.-Muchas gracias por acercarte, respiración de mineral, sexta postura: purificación de diamante, modo invertido.-mis cálculos salieron bien, logré enterrar la hoz en el cuerpo del demonio y antes de que pudiera quitársela, tiré de ella con fuerza, intercambiando lugares. Cuando salí de aquella planta gigante, no logré amortiguar el golpe por el estado en el que me encontraba y caí directo al suelo.-Eso sí dolió...mi brazo...
Demonio.-¡Ya fue suficiente, maldita mocosa!, ¡¿como puedes aguantar tanto y encima burlarte de mi?!.-gritó enojada.-Técnica de demonio de sangre, balas de semillas y púas.-varias plantas y flores se sacudieron con fuerza, lanzando semillas con rapidez así que traté de evitarlas girando la cadena con rapidez.
T/n.-Las lanza con tanta fuerza que se  entierran centímetros bajo el suelo...

En ese momento se me ocurrió dejar de ir por arriba, era arriesgado pero tal vez lo valdría. Así fue como salté a una de las raíces y antes de que me atacara aproveché para perderme entre la copa de los árboles.

T/n.-Dijiste que este era tu bosque, no te atreveras a destruirlo, ¿o si?.-pensé y estuve yendo de árbol en árbol en busca de una apertura cercana.
Demonio.-No tienes oportunidad contra mi, eres una simple humana y yo soy un demonio con la fuerza de una luna inferior. Pude haber sido de parte de ellas si tan solo existieran.-de repente unas enredaderas emergieron de la copa de los árboles, tratando de atraparme, así que de forma rápida salté hacía el demonio.
T/n.-Respiración de mineral, primera postura: golpe divino de cuarzo.-lancé un extremo de la cadena inmovilizando al demonio y tiré de él para finalmente separar su cabeza de su cuerpo con un golpe.

Ambas caímos sobre el capullo de raíces del que había salido el demonio al principio, tuve suerte de que eso me haya salvado o si no pude haberme herido gravemente, miré al demonio para asegurarme de que lo había derrotado y este me miró con lágrimas en los ojos.

Demonio.-Tu...tu debiste haber muerto, igual que los demás...todos los humanos deberían de morir, ellos están dañando todo y el bosque está llorando...
T/n.-De verdad lo siento...protegías este bosque...pero de la manera incorrecta...por desgracia...y no todas las personas tienen...la capacidad de cuidar la naturaleza...como tal vez tu lo hiciste...cuando eras humana...-dije cansada.
Demonio.-¡Tu eres una de ellas!, ¡cortaste mis plantas y mis flores!.
T/n.-Odié hacerlo...pero no me iba a dejar matar por ti...debiste usar otra técnica...y debiste pensar en...que tal vez todo terminaría así...
Demonio.-Siempre los odié, todos lastimaban mis flores...las flores favoritas de...ma..má...-el demonio terminó de desintegrarse y fue entonces que traté de ponerme de pie pero no pude.
T/n.-No siento el cuerpo...intentaré ganar tiempo enfocando mi respiración para detener el sangrado...-pensé.-No tengo que dormir...no te duermas...levántate t/n.
???.-¡T/n!, ¡t/n!.-escuché una voz a lo lejos, no sabía quién era pero me sonaba conocida.-¡Despierta!, ¡abre los ojos y mírame!, ¡soy Sanemi!.
T/n.-¿Sanemi?...¿Que estás haciendo aquí?.
Sanemi.-Me mandaron a derrotar a un demonio pero tu fuiste quien lo hizo.
T/n.-Si...ese demonio dijo que...estaba...-traté de seguir hablando pero mi voz no quería salir.
Sanemi.-Luego me explicarás eso, iremos a una casa de glicinas a atender tus heridas. Mantente despierta.

Sentí que el albino me cargó entre sus brazos luego de detener el sangrado con torniquetes y grapas, y salió del bosque en camino a algún lugar. Sentir el viento frío en mi rostro, me mantenía un poco despierta pero no podía abrir mis ojos ya que mis párpados se sentían pesados, el albino notó esto y me pidió que le dijera cosas pero yo solo me desvanecí.

Los Hermanos Shinazugawa [GenyaxTnxSanemi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora