CAPITULO 31

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Verifiqué mi arma, sólo quedaban dos balas, mi puntería era buena pero mis fuerzas me abandonaban, cada segundo me sentía más y más agitado y con mucho cansancio, las heridas en mi cuerpo sanaban a la misma velocidad de siempre pero la energía no llegaba, como dificultad me arrojé al suelo, quedé atrás del vehículo para que me protegiera de los ataques. Concentré mi sentidos para encontrar la ubicación de los enemigos.

-¿Qué haremos?, es uno de eso hombres Zombie, tal vez sea de los que ayudan al jefe, será mejor retirarnos, porque si dice que lo atacamos, nos mataran, dijo uno de ellos susurrando.

Esperaba que se fueran, pues no me sentía muy bien para enfrentar a dos hombres armados, lo mejor sería que pensaran que trabajaba para su jefe y se fueran de ese lugar, de nuevo agudicé mi oído.

-¡Quiénes son ustedes!, grité para despistarlos un poco.

No contestaron pero, escuché sus pasos lentamente alejarse de lugar, me sentía aliviado, mi cuerpo no recargaba energía, no sabía la razón, se suponía que era un Zombie inmortal, la sangre no llamaba mi atención, en ese momento recordé que estos últimos días no había probado nada de alimentos ni agua, quizá esa fue la razón por cual me encontraba débil.

Con mucha dificultad me puse en pie, camine en poco buscando algo de agua o de comer para recuperar energías, el lugar se tornaba cálido el sol me daba de frente, mi vista se nublaba, los pies me tambaleaban como un siervo recién nacido, mis labios y boca se me secaban a tal grado que molestaba al respirar, no era doctor pero lo que sentía eran síntomas de deshidratación, como pude camine hasta una casa donde pude ver una pequeña sombra, necesitaba refrescar mi cuerpo, antes de llegar sentí como mi cuerpo se desvanecía hasta caer desmayado.

-¡Oye, despierta te sientes bien!, escuchaba una voz muy tenue.

Intenté responder pero mi garganta estaba seca, no pude pronunciar una palabra entendible, sólo algunos sonidos que apenas escuche, me sentía paralizado no podía moverme de ningún modo.

-¿¡Estas vivo!?, exclamó la voz que en esta vez identifiqué como de una mujer.

-Sssiii, respondí más que un si, fue un silbido.

-Que bueno, te ves muy mal estas muy deshidratado, -tomo mi cabeza con sus manos y la recostó en sus piernas -Abre la boca y bebe.

No abrí los ojos, me queda fuerza solo para abrir la boca. Sentía el agua recorrer por mi garganta, era como volver a la vida, como si mi cuerpo funcionara de nuevo, después de unos minutos abrí mis ojos, mire una joven de ojos avellana, pelo rubio, tes blanca, pensé de pronto que me encontraba en cielo, al ver a semejante ángel.

-Ya recobraste la consciencia, pero te has terminado mi agua, dijo bromeando con una sonrisa muy brillante.

-Gracias -me senté a su lado junto a la sombra - Me has salvado de morir, ¿cual es tu nombre?

-Soy Jessica pero me gusta que me llamen Jess, respondía acomodando el pelo de su frente.

-Gracias de nuevo Jess, soy Joab mucho gusto, dije dándole la mano.

-No hay de que, somos poco los que aún quedamos con vida así que debemos ayudarnos, respondió saludándome.

-Tienes toda la razón, te encuentras sola en este lugar tan peligroso

-Así es bine a rescatar a mis amigos y familia, porque unos imbéciles los a secuestrado, los seguí y así fue como llegué a este lugar.

-Vaya, has tenido mucha suerte Jess, yo junto a mis amigos estamos intentando rescatar a todos ahí adentro, ya que mañana unos helicópteros vendrán a rescatarnos, si quieres puedes seguirme.

Plaga Mortal [Terminada, Editando]Where stories live. Discover now