capitulo cinco

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Últimamente, las mañanas eran frías, aunque los rayos del sol se abrían camino entre las nubes grises, el suelo se cubría por pequeñas gotas y charcos debido a la tenue lluvia que últimamente no paraba de llegar e irse en Seúl.

Su sueño era pesado, pese a la sensibilidad de sus sentidos cuando su cuerpo perdía el conocimiento preso de los brazos del dios Morfeo, se sentía cómodo, abrigado y lo bastante satisfecho, tanto que deseaba seguir durmiendo un poco más, sin embargo, aquello no ocurrió porque todavía en la penumbra del sueño abrazador, YoonGi logro percibir el movimiento fuera de la habitación.

Apretujo los parpados antes de hacer un pequeño sonido y restregarse un par de veces con la almohada, tal cual un minino despertando de una siesta. Logro enderezar su torso con ayuda de sus brazos, y cuando estuvo sentando en la cama hizo a un lado los risos de su cabello que parecían cubrir su rostro, relamió sus labios buscando colocar algo de humedad en ellos y suspiro analizando la ventana cerrada tras las cortinas color marfil. Parpadeando rasco su hombro y noto la ancha camisa que llevaba puesta.

Suspiro y cerro los ojos un segundo, para así, después poner sus pies en tibio suelo, se estiró haciendo una mueca de dolor al momento, dejando salir aire cuando sus músculos resintieron el movimiento de hace unas horas. Camino un poco, mientras la picazón de su hombro había escalado hasta su cuello, entonces pudo observarse en el espejo una vez entro al baño a lavarse el rostro.

—Ugh... — Dejo salir cuando vio los tonos violetas y rojizos, eran evidentes mordidas que no iban a sanar tan rápido como las otras. — No se ve tan mal... — Susurro mientras se levantaba con lentitud la camisa. En su pecho había varias heridas que iban desde su vientre hasta los pezones, no deteniéndose en ningún lugar en específico más que estos últimos, que se veían más hinchados de lo normal. — Bueno... si se ve mal — Termino soltando la camisa que le cubría un poco después del trasero, su ropa interior parecía estar bien, y él estaba limpio, por lo que solo enjuago su boca y seco su rostro. Al salir del baño parpadeo notando la presencia del alfa en la habitación mientras cerraba la puerta tras de sí. 

El dominante estaba completamente vestido con una sudadera y  pantalones oscuros, contrastando con el atuendo que llevaba el día anterior. En su mano colgaba una bolsa con lo que parece ser comida, aunque no estaba del todo seguro... 

—Buena tarde, dormiste mucho...— El alfa sonrió cuando sus orbes se encontraron, por lo que YoonGi simplemente suspiro recargándose con pereza en la pared, soltando como un susurro un "buenas tardes" en respuesta. — continuas agotado, ¿verdad? — El omega no podía negar aquello, por lo que asintió levemente.

—Solamente un poco — Murmuro, a la vez que, HoSeok se acercaba hasta su rostro para acariciar su mejilla buscando hacer sentir un poco mejor al otro, quien como un gatito deseo obtener un poco más de aquella sibarítica sensación que solo sus manos traían al tibio órgano  —¿Qué es lo que traes ahí? — Cuestiono todavía con aquella suavidad en la voz, complacido con el leve toque del macho en su piel. 

—¿Oh? — Exclamo el otro, mientras alzaba la bolsa. — Es pan dulce... sé que te gusta el que venden en aquella panadería, ¿no es así? — Sonrió, de nuevo. 

—No debiste... — Casi ronroneo cuando los dedos se pasearon por el sensible cuello antes de ser retirados por completo en un lento aleteo que le dio cosquillas. El calor de apareamiento no duraba mucho más de cinco días, incluso menos, y la sensación de sentirse morir en las llamas de la pasión se terminaba más pronto de lo que la mayoría piensa, en el caso de YoonGi, no perduraba más allá de veinticuatro horas  antes de marchitarse con muchos pétalos cayendo uno tras otro, quedando como una simple rama que todo el tiempo tenía frío. 

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⏰ Last updated: Feb 12, 2022 ⏰

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