Capitulo 2

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Narra Valentina..

Cuando se va al baño de la habitación, aprovechó para ponerme mi ropa y salir a máxima velocidad de su casa

No me pasó a mi.

Somos pareja, así que no fue lo que mi mente quiere pensar que fue.

El agua salada vuelve a salir de mis ojos, me nubla la vista lo suficiente como para tener que parar a limpiar mis ojos y poder salir del edificio.

Gracias a la vida, pasa un taxi al momento en el que pongo un pie afuera del asqueroso edificio.

—¿Conoce el restaurante Cázares?— preguntó cuando me pregunta para dónde voy

Al rato, estamos camino hacia allá.

Salí tan de prisa, que no me di cuenta que estoy descalza.

—¿Huye de algo, señorita?— pregunta el chófer, viendo mis pies descalzos.

Solo niego, sin poder formular alguna frase coherente.

—esta casado— mi mirada está en el anillo de casamiento de su dedo anular.

—veinticinco años felizmente casado— sonríe.

—¿Cómo supo...— dejo de hablar cuando me doy cuenta lo entrometida que es mi pregunta

—¿Supe que me quería casar?

—que estaba enamorado, en realidad— murmuro

—Quién es el que no está siendo correspondido— da vuelta en una calle —¿Tú o él?

—creo que... no siento lo mismo que el  siente hacia mí—dije, soltando un suspiro

—mi creencia hacia el amor, me hace pensar que no estás enamorada— contesta con una sonrisa.

—pero...— pienso si lo mejor es contarle la mierda de mi vida a un desconocido, u omitirla y quedarnos solamente en el ámbito amoroso —el ha estado conmigo en los peores momentos de mi vida— la segunda idea era la mejor —solamente no quiero hacerlo sentir mal, porque no lo merece... después de todo, me ha ayudado

—nadie puede obligar a nadie a enamorarse, no es tu culpa que el se haya enamorado de ti y mucho menos, es tu obligación corresponderle.

—supongo

Al poco tiempo, llegamos al restaurante y la ausencia de mi mochila con todas mis cosas se hace presente.

—son 45 pesos, señorita— dice el chófer con una sonrisa.

¿Y ahora con que voy a pagarle?

yo... voy por el dinero— dije saliendo del auto y entrando el restaurante familiar. 

La verdad es que es un lugar muy bonito, desde que pones un pie dentro sientes algún tipo de calor de hogar y el olor a comida casera gobierna el lugar. Pintoresco y bonito, muy bonito. 

Además que, el primer muro que vez tiene escrito nombres de las personas que murieron en el terrible accidente familiar, y por alguna extraña razón siempre que veo ese muro sus nombres deslumbran a lo alto.

Gustavo Eduardo Cázares.

Anahí  Juárez.

Mis papás 

—llegas tarde— me recrimina, Abel quien esta terminando de atender a una mesa. Regresándome al mundo.

—¿Tienes cuarenta y cinco pesos que me prestes?— le preguntó, siguiéndolo por todo el lugar

Nunca Te Olvide |UVJ#2| Juan Pablo Villamil/Morat.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora