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—Solo te daremos un masaje—. Le prometió Shoto.

Izuku se mordió los labios, tumbado boca abajo sobre la cama. Los Sultanes le pasaban las manos untadas de aceite por la espalda desnuda. Deku no tenía autocontrol, eso lo dedujo cuando sintió que su ereccion volvía a despertarse y presionaba contra la cama, comenzó a rezar en nombre de todos sus Dioses para que los Sultanes no lo notaron.

Había convencido a los Sultanes de que lo que habían visto era un malentendido solamente, y que lo único que quería era dormir, y ellos habían insistido en aliviar su tensión del día un poco dándole un masaje. Ya no podía decir que no, o sería muy obvio.

El toque de las manos aceitosas en su espalda y muslos lo estaba desesperando, sabía que su ereccion estaba ahí, pero creía que sí apretaba las piernas lo suficiente ellos no lo notarían.

—Izuku, date la vuelta— Le pidió Todoroki—. ¿Quieres?

—Ah... No— Dijo, enterrando su rostro en las almohadas—. Así estoy bien, ya me ha dado sueño de echo, sus majestades seguramente estén cansados igual.

La mano de Bakugou lo afianzó por la rodilla y lo obligó a rodearse sobre la cama. Izuku cerró los ojos mientras intentaba cubrir vagamente su ereccion.

—Oye, linda novia, déjanos metertela hoy—. Anunció el sultán rubio.

Izuku chillo por lo brusco que había sonado aquello mientras se descubría el rostro y veía a los Sultanes sacarse la ropa.

—¿Meterla? Pe-pero será... Ustedes son dos... Y son de un tamaño...

—Midoriya, calmate— Shoto le puso el dedo sobre los labios para callarlo—. Dinos, ¿la sensación de tus dedos fue placentera? De ser así estas listo para el siguiente paso.

Él peliverde asintió ligeramente mientras Bakugou le abría las piernas y le introducia un dedo.

Izuku quiso sentir algo pero en realidad la sensación de antes había desaparecido, era como si realmente no tuviese nada dentro.

Bakugou comenzó a reírse.

—Mitad-mitad, mira esto, Deku esta tan caliente que le corre lubricacion por el culo, esta demasiado abierto.

Izuku observó, apenado, como los Sultanes jugueteaban con su entrada, hubo una intromisión de cuatro dedos en su trasero cuando por fin el chico comenzó a sentirse como antes. Los dedos apretaron con fuerza, haciendo su trabajo mientras el gemia ligeramente.

—¡Lo quiero meter ya!—. Exclamó Bakugou

—Midoriya, a partir de esta noche, eres nuestro.

La sensación de los dedos cambió por la intromisión de algo más grueso, el chico jadeo mientras se aferraba a las sábanas.

—Es muy raro—. Se quejó.

Todoroki le pasó la mano por el cabello, acariciandolo suavemente.

—Katsuki será muy gentil contigo, no llores por favor.

Izuku recibió con gusto el beso que le ofrecieron mientras el rubio Sultán comenzaba a moverse dentro suyo.

—Su majestad... Ah... Más adentro...

Bakugou soltó una risa.

—Ten cuidado, estas apretando mucho el culo— Se quejó—. A este paso no durare nada.

Izuku no tardó en acostumbrarse, el movimiento lo puso feliz y pudo sonreír entre tantos jadeos cortados.

De pronto Bakugou paró, lo tomo por la cadera y lo sentó sobre su regazo.

El Principe De Las Arenas Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang