VIII

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(<3)

Narrador Omnisciente

Había poca cobertura y se perdió la llamada.

Entonces al ver que tenían como rehén al hombre de Baekhyun, los demás no hicieron nada.

No os acerquéis, ya voy—ordenó Byun a todos en cuanto se enteró de lo ocurrido.

Su sangre volvía a hervir.

Caminó rápidamente hacia aquel pasillo, donde al final se encontraba la sala donde estaban los dos chinos.

Lucas sabía que TN había escuchado lo que tenía que decir.

Entonces le cambió el puesto a Renjun.

Se hizo el silencio, el hombre dejó de forcejear porque le resultaba inútil.

Escucharon unos ruidosos pasos en la zona opuesta a ellos.

Abre Ren—habló tenso Wong, el menor hizo lo ordenado.

En ese momento escucharon cómo cargaban un arma, Byun se sorprendió al ver que habrían la puerta y no le dio tiempo a reaccionar.

Yukhei disparó en cuanto la puerta estaba completamente abierta, debido a los nervios, la bala no fue a la cabeza sino al brazo izquierdo.

¡Jefe!—gritaron muchos y otros simplemente apuntaron al chico.

¡No disparéis!—ordenó rápidamente.

Comenzó a quejarse y se alejó, ordenando que llamarán a Kim Taeyeon y que durmieran a los chicos pero no les hicieran nada.

La nombrada apareció en el despacho del nombrado para curarle la herida.

Para suerte ellos no había dando en ningún sitio vital.

Baek estaba más que enfadado.

Menos mal que de esta noche, esos desgraciados no pasan—murmuró.

★☆★

El jefe está bien—comunicó Suho—Traedlos—ordenó, los demás asistieron y fueron a la sala donde estaban los dos chinos.

Les habían sedado con un gas que salió de unas pequeñas rendijas que había en la habitación.

Ya habían pasado bastantes horas, es decir, era ya de noche.

Jackson y BamBam sabían que no venía nada bueno.

También los llevaron a la misma sala.

Estaban atados de manos y de pies, también tenían una cinta en la boca, sólo que estaban sentados.

Al rato, apareció Baekhyun molesto.

Pero se tranquilizó al ver a los dos chicos de la banda Cui Jian.

¿Listos para el segundo espectáculo?—cruzó sus piernas.

Entonces vieron cómo aparecían dos chicos con bolsas en las cabezas y manos atadas.

Los reconocieron inmediatamente.

Posicionaron a los dos chicos de rodillas y a unos metros de Wang y BamBam.

Las lágrimas de Jackson caían sin permiso.

El tailandés no reaccionaba.

Les quitaron las bolsas y algo aturdidos comenzaban a asimilar qué pasaba.

Yukhei, Renjun—los llamó, ellos trataban de no llorar—¿Últimas palabras?—sonrió orgulloso.

Al lado de cada uno se volvió a colocar un hombre de Byun.

By my side || Jennie y túWhere stories live. Discover now